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CRISTINA PINTO
Sábado, 21 de mayo 2022, 23:00
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Dos años y medio trabajando en Edén Copas le han hecho saber distinguir de lo que es trabajo y disfrute. Manuel Vizcaíno lleva ocho años viviendo en Málaga y parte del final de estos como camarero: «Se me ha hecho muy corto aquí, eh», añade desde una de las mesas de la sala de Edén.
Trabajar y disfrutar a la vez.
Error, eso es lo que se suele pensar. Pero aquí se trabaja mucho y sobre todo en fechas señaladas.
Aunque siempre con buen rollo.
Sí, trabajar en la noche es muy dinámico, pero es un trabajo duro que requiere de psicología, paciencia y sacrificio.
Lo más raro que haya visto en la noche de Torremolinos.
La gente nunca deja de sorprender.
¿Se liga mucho de camarero?
Si quieres se liga mucho y si no quieres, también. El público hace que se ligue por sí solo. En mi caso, si tienes pareja, al fin y al cabo la gente es respetuosa porque si quieres marcar un límite lo puedes hacer. Pero si te apetece ligar más de la cuenta, se puede ligar más de la cuenta.
¿Qué me dice de los cuartos oscuros?
Yo los visitaba cuando no tenía pareja, pero no soy muy fan de los cuartos oscuros. El morbo de la incertidumbre no va conmigo. Se piensa que estar en la noche implica mucha lujuria, pero si tienes pareja y las respetas no pasa nada.
Aquí el colectivo se siente libre.
Intentamos refugiarnos entre nosotros mismos y esa es una forma de que nadie te juzgue mal, que a pesar de todo lo que se ha avanzado, se sigue sufriendo.
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