La Virgen del Carmen de la Colonia de Santa Inés recorre el Centro de Málaga arropada por las hermandades de Gloria
La Dolorosa de la Archicofradía de la Pasión también salió a la calle y presidió una misa en el Sagrado Corazón, coincidiendo con el medio siglo de su rosario de la aurora
La Agrupación de Congregaciones, Hermandades y Cofradías de Gloria de Málaga ha celebrado este domingo, penúltimo del mes de octubre, su ya tradicional rosario callejero, ... el culto principal de esta entidad y el primero que ha vivido Victoria Eugenia Ribe como presidenta, después de que tomara posesión de su cargo a mediados de febrero.
Si el pasado año era la Virgen del Carmen de Olías la que presidía el rezo de los misterios del santo rosario acompañada por las corporaciones letíficas, en esta ocasión, en su 21.ª edición, ha sido de nuevo otra imagen carmelita la que ha procesionado con motivo de este culto, pero en este caso, la Virgen del Carmen de la Colonia de Santa Inés en el marco del 75.º aniversario de su llegada al barrio.
La comitiva se ponía en marcha, bien temprano, tras la oración de 'laudes', que se inició a las 8.20 horas, en la parroquia de los Santos Mártires, sede de la Agrupación, con la dirección del delegado episcopal de Hermandades, Salvador Guerrero, quien animaba a los asistentes a buscar estas alabanzas en diferentes páginas webs. Desde este céntrico templo partía la efigie, a las 8.55 horas, para dirigirse a la Catedral, donde ha accedido por primera vez en su historia para presidir la santa misa de las hermandades de gloria, a las 10.15 horas, si bien la talla mariana ya tuvo la oportunidad de conocer el Casco Antiguo y pasar por delante del templo mayor de la diócesis en 2022, dado que aquel año ocupó el altar de Corpus Christi que montó la Agrupación en la calle Larios.
El silencio, solo roto por los cánticos y el rezo, altavoz incluido, y la poca presencia de público en ese momento contrastaban con el bullicio, los aplausos y los vítores del domingo, anterior cuando la Dolorosa del Gran Perdón caminaba por el Centro de Málaga, en su extraordinaria, bajo palio y en su trono de Semana Santa para celebrar el centenario de la Hermandad del Prendimiento. Eso sí, ni el horario era el mismo y el formato, tampoco. Ahora se trataba de un rosario, y aunque la Virgen del Carmen de la Colonia de Santa Inés es muy rezada y aclamada cuando recorre las calles de su barrio en agosto, el sábado posterior a su festividad, las características de este culto externo y la hora invitaban a pasear en calma.
El cortejo lo encabezaba la cruz guía de la Agrupación, escoltada por dos faroles de orfebrería y, a continuación, se disponían las hermandades agrupadas con guiones, algunas, banderas, otras, y sin insignias, las menos, además de la propia corporación de la Colonia de Santa Inés, cuyos miembros, con muchos niños, iban vestidos de marengo, la presidencia, con la máxima responsable agrupacionista y el delegado episcopal de Hermandades, y los acólitos ceroferarios y turiferarios también vestidos de marengo y que antecedían a la Virgen del Carmen, imagen de los talleres de Olot, realizada hacia 1950, que figuraba en su trono, que restauraría Rafael Ruiz Liébana en la década de los 90.
A las 10 horas entraba a la Catedral, después de recorrer las calles Santa Lucía y Granada, rumbo a la plaza del Carbón y del Siglo, para de nuevo continuar por Duque de la Victoria, San Agustín, Císter, y, al igual que ocurriera el viernes con motivo de la bendición del retablo de la Congregación de Mena, era el párroco de los Santos Mártires y San Juan y vicario episcopal para el Laicado, Manuel Ángel Santiago, el que oficiaba la eucaristía, ante la ausencia del obispo de la diócesis, José Antonio Satué.
El trono se situó en la puerta del Sol de la basílica catedralicia mientras se oficiaba la santa misa, concelebrada por el delegado episcopal de Hermandades, Salvador Guerrero, y el párroco de la iglesia de Santa Inés, Francisco Castro, y en la que participó el coro de la Catedral y sonó el órgano, tocado por Antonio del Pino.
A su conclusión, la Virgen del Carmen de la Colonia de Santa Inés abandonaba la Catedral en procesión, a las 11.15 horas, para dirigirse a la iglesia de los Santos Mártires. La imagen dejó atrás la puerta de las Cadenas con el Himno Nacional, interpretado por la banda sinfónica Virgen de la Trinidad, que, echarse abajo el trono en el Patio de los Naranjos y, de nuevo, levantarse para comenzar a andar tocó la marcha 'Plegaria a Nuestra Señora de la Inmaculada', Adrián Llopis. La afluencia de público había aumentado de manera considerable con respecto a la ida, con las calles Císter y San Agustín repletas de devotos, muchos de ellos, llegados desde la Colonia. «Viva la Virgen del Carmen», gritaba una señora ante el edificio del Hospital Gálvez, la misma que dedicó más vivas a la llamada esta vez «Reina de la Colonia» en la calle San Agustín, donde, primero había sonado 'La Esperanza de Triana', de Farfán, con un fragmento cantado, y, seguidamente, turno para 'Siempre la Esperanza', de Jesús Joaquín Espinosa de los Monteros.
En esta ocasión, el regreso al templo de San Ciriaco y Santa Paula fue desde la plaza Jesús Castellanos y la calle Granada abajo, donde hubo una petalada del grupo joven de la hermandad, hasta desembocar en la plaza del Siglo para continuar por Molina Lario, plaza del Obispo, Strachan, Marqués de Larios arriba, vía por la que marchó con la composición de Manuel Marvizón 'Coronación', plaza de la Constitución y Granada hasta girar hacia Santa Lucía, donde se produjo una nueva petalada y cantó Eduardo Díaz, para finalizar en la plaza de los Mártires con el encierro de la efigie.
Amor Doloroso
Mientras se celebraba el rosario de las Glorias, por el mismo entorno, y casi en la misma franja horaria, procesionaba otra imagen mariana, pero de carácter pasionista, la Virgen del Amor Doloroso, que también salió desde la iglesia de los Santos Mártires, sede canónica de la Archicofradía de la Pasión, en rosario público, aunque antes que se pusiera en marcha el cortejo de las hermandades letíficas.
Este año se cumplía medio siglo de este culto externo. Por este motivo, la corporación del Lunes Santo amplió el recorrido y varió el modo de celebrarlo, con presencia durante el regreso a su templo, después de la misa oficiada en la iglesia del Sagrado Corazón, de la banda de música de la Paz.
De igual modo, la presentación de la imagen en la calle fue distinta, ya que la archicofradía quiso rememorar la antigua estampa de la Dolorosa sobre el primitivo trono de Cayetano González. Así, la exquisita Virgen del Amor Doloroso, que estrenó un rosario y un encaje de Brujas, figuró sobre las andas procesionales del célebre orfebre malagueño de nacimiento y afincado en Sevilla, las que disponía antes de realizarse el actual trono que diseñara Fernando Prini, y en las esquinas de este pequeño pero extraordinario conjunto se dispusieron los arbotantes de la Hermandad de la Cabeza de Vélez-Málaga.
A las 7.30 horas se procedió al rezo de laudes, en el interior de la parroquia de los Santos Mártires, y media hora más tarde, cuando todavía no se había levantado el día, comenzaba el rosario, que se dirigió a la iglesia del Sagrado Corazón por las calles Santa Lucía, plaza Jesús de la Pasión, Santa Lucía, Granada, plaza de la Constitución, Especería, Salvago, Compañía y plaza San Ignacio. Como de costumbre, participó la Camerata Ipagro, de pulso y púa, de Aguilar de la Frontera.
En el templo jesuita se celebró una misa y a su término, el cortejo regresó a los Mártires por Compañía, Salvago, Especería, donde la banda de la Paz interpretó la marcha 'Aquella Virgen', cuando el reloj marcaba las 10.20 horas, y a continuación, 'Hermanos Costaleros' en Nueva, a la altura de la iglesia de la Concepción. Ganada la plaza Félix Sáenz, la comitiva tomó la calle San Juan para continuar por Calderón de la Barca, Fernán González, Fajardo, Compañía, Pozos Dulces, plazuela Virgen de las Penas, Arco de la Cabeza, Andrés Pérez, Carretería, Nosquera, Comedias, plaza de los Mártires e iglesia de los Mártires.
El fin de semana también deparó las salidas, en rosario, de las vírgenes de los Desamparados y Consolación y Lágrimas, en la tarde del sábado y por las feligresías de Santa María Goretti y San Felipe Neri, respectivamente. La Dolorosa de la Archicofradía de la Sangre, que lució la ráfaga que le diseñara Francisco Naranjo e inspirada en la pieza desaparecida que tuvo para su bendición en 1929, llegaba a su templo a las 21.40 horas con el 'Stabat Mater', Sebastián Cabezas, interpretado por el cuarteto de clarines de la banda de música de Zamarrilla.
Y en Campanillas procesionó la Divina Pastora en su nuevo trono, realizado por el orfebre Juan Angulo. La banda de cornetas y tambores del Cristo de la Redención de Benalmádena abrió el séquito y la banda de música de Cruz del Humilladero marchó tras la imagen del escultor Juan Vega.
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