Salvador Oliver: «El nuevo manto de la Virgen de la Esperanza tiene el diseño más rico que se ha proyectado para Málaga»
El bordador, con taller en el barrio del Perchel, comenzará la ejecución de la obra en breve, una vez celebrado el acto simbólico de la primera puntada, que ha coincidido con el 37.º aniversario de la coronación canónica de la Dolorosa
Comienza la cuenta atrás para que el nuevo manto de la Virgen de la Esperanza sea una realidad. La Archicofradía del Paso y la Esperanza ... ha celebrado este miércoles, 18 de junio, justo el día en que se se ha cumplido el 37.º aniversario de la coronación canónica de la imagen y la festividad de los Santos Patronos de Málaga, el acto simbólico de la primera puntada del que será el futuro manto de la Dolorosa del Jueves Santo. Los primeros hilos que han dibujado el soporte del bastidor los han introducido los exhermanos mayores Carlos López Armada y Manuel Narváez, además Sergio Morales, actual dirigente de la corporación; el director espiritual, Antonio Collado; el archicofrade Pedro Megías y familia; y varias camareras de la imagen.
La obra en cuestión sigue un proyecto del sevillano Javier Sánchez de los Reyes, quien ha realizado un elegantísimo diseño, que cuenta con un nervio central que divide el conjunto del bordado en dos zonas completamente simétricas y que, además, permite situar todo un complejo repertorio de piezas alusivas a la Virgen, como jarrones rebosantes de flores y conexos entre sí, al estilo de los maravillosos grutescos renacentistas. Pero el manto no solo llama la atención por su diseño, extraordinario, sin duda, sino también por sus hiperbólicas dimensiones, ya que tendrá nada más y nada menos que casi 40 metros cuadrados que se encargará de confeccionar y bordar el taller del archicofrade Salvador Oliver, situado a escasos 150 metros de la basílica.
Como es preceptivo, precisamente Oliver ha sido el encargado explicar el procedimiento que debían seguir los designados por la corporación para dar las primeras puntadas a la obra. «El manto va a ser una barbaridad. Será espectacular, elegante, un manto lleno, con mucha ornamentación, pero con una gran armonía. Es que está diseñado para la Virgen de la Esperanza; no valdría para otra imagen», ha señalado a SUR el artista malagueño encargado de su hechura. Sin embargo, estudiando el proyecto en profundidad, Salvador Oliver ha admitido este miércoles que «va a ser un manto complicado en técnicas», aunque, como se ha encargado de recordar, «después de más de 30 años trabajando en este oficio, no tengo ningún miedo. Encima es para mi Virgen», ha subrayado con orgullo. «No me cabe la menor duda de que la Virgen de la Esperanza también va a dar puntadas a su manto, porque la tengo a escasos 150 metros del taller y, por tanto, me va a guiar, seguro. En el momento en que se me complique algo, iré a la basílica a ponerme delante de ella y, se acabó la complicación», ha resaltado.

En cuanto a las medidas de la pieza, esta tendrá 7,80 de largo de largo y seis metros de ancho, unas dimensiones excepcionales, como se ha encargado de destacar Salvador Oliver. «En total, son 38 metros cuadrados. En metros cuadrados, es la obra de mayor envergadura que he tenido la suerte de hacer y mire que he hecho mantos grandes, como el de la Virgen de la Soledad de Mena y el de Consolación y Lágrimas. El de la Sangre es, incluso, más largo, pero es más estrecho», ha aclarado el bordador, quien ha revelado que la obra encargada por la Archicofradía del Paso y la Esperanza la acometerán cinco personas, ya que, como ha comentado, «quiero bordar, y mucho, en este manto», ha enfatizado. «En el taller estamos cinco trabajando. A la hermandad le pedí cinco años para la realización de la pieza, porque quiero disfrutar este manto. Recuerdo que, con otro manto, estuvimos muchos bordadores trabajando y llegó el momento en que yo estaba muy pendiente de los trabajadores y casi apenas podía pegar puntada. No quiero que pase eso. Quiero disfrutar de la ejecución del manto de mi Virgen de la Esperanza. Aquí quiero bordar muchísimo y, por supuesto, las piezas más complicadas las haré yo», ha asegurado.

La primera puntada del manto de la Virgen de la Esperanza se ha celebrado cuando todavía ni siquiera ha llegado el terciopelo al taller, aunque, en realidad, aún hay tiempo más que suficiente, porque, como ha indicado Oliver, «ahora empezaremos a bordar piezas y es posible que no coloquemos los primeros bordados sobre el soporte hasta dentro de dos años», ha señalado el artista malagueño. «La archicofradía se encargará de la compra del terciopelo y la elección del color, verde, por supuesto. Comenzaremos a componer la obra desde la boca hacia abajo», ha explicado el maestro del taller, al tiempo que ha confesado que, aunque la magnitud de la obra es excepcional, «en estos cinco años tengo que atender también a mi clientela de muchos años. Así que, combinaré el manto con otros encargos», ha apuntado. «Ahora, por ejemplo, para la Semana Santa del año que viene, sacaremos una túnica bordada para el Nazareno de la Salutación y, también, estamos trabajando en una saya y un estandarte para el 25.º aniversario de la coronación canónica de la Virgen de la Trinidad. Tengo una clientela de más de 30 años y si quieren hacer algo, no le puedo decir que no», ha insistido.
Toque antiguo
De otra parte, Salvador Oliver ha precisado que, además de hilo de oro fino, el manto de la Virgen de la Esperanza contará con sedas de colores «y algo de plata, así como algunas piedras de cristal engastadas para poder coserlas», ha puntualizado. «Se van a emplear todas las técnicas posibles y alguna intentaremos recuperar, porque estoy dándole vueltas a la cabeza y estoy viendo muchas fotos de mantos realizados siglos atrás para darle ese toque antiguo. Cuando se estrene el manto, se cumplirán casi cien años de la pérdida del maravilloso manto de las Adoratrices, fue se quemó en 1931. Faltará un año, porque se estrenará en 2030. Quiero darle al nuevo manto un poquito de sabor antiguo. El que se destruyó salió completo solo dos años, en 1930 y 1931. Quiero darle significado a esos cien años que van a transcurrir desde la pérdida de ese manto al nuevo. Así pues, quiero recuperar técnicas de las monjas. En algunas obras las he utilizado, pero en trabajos concretos», ha precisado el artista, quien se considera un estudioso del bordado, porque, como ha asegurado, «he dado la vuelta a España buscando bordados antiguos en catedrales e iglesias», ha afirmado. No obstante, si hay una técnica que Oliver desarrolla como ningún otro artesano esa es la de hojilla, «que es la más difícil, pero las partes más complicadas la voy a hacer yo», ha aseverado.

Por último, el artista ha querido destacar el diseño y el trabajo realizado por su autor, Javier Sánchez de los Reyes, al que considera como uno de los grandes proyectistas que trabajan para la Semana Santa. «Cuando veo el diseño de este manto se me viene a la cabeza el pregón oficial de la Semana Santa de Antonio Garrido Moraga. El manto es la primavera por la espalda de la Virgen. Lo que dijo Antonio de la Esperanza es para morirse. Cuando veo la azucena, el romero que lleva entrelazado, las rosas, el azahar… me viene a la cabeza el pregón de Antonio Garrido. El manto tiene su dificultad. Hay que estudiarlo mucho, pero el dibujo en limpio que me ha traído Javier Sánchez de los Reyes es espectacular. Me va a ahorra mucho tiempo», se ha congratulado. «Javier es un profesional de esto. Conoce el bordado y te pone fácil lo difícil. Además, con él es muy sencillo trabajar. Tiene una maestría a la hora de explicarte las cosas que ayuda mucho cuando te enfrentas a la obra», ha declarado el bordador. «Es el manto con el diseño más rico que se ha proyectado para Málaga. De hecho, Javier Sánchez de los Reyes, me decía: 'he diseñado una locura. No sé si vais a ser capaces de hacerlo'», ha revelado un Salvador Oliver, quien se muestra «completamente ilusionado» por el proyecto que va a comenzar, aunque, como ha reconocido, «siempre te hace ilusión una pieza que va a vestir una imagen. Me ilusioné mucho con la túnica del Nazareno del Paso y con el manto de capilla de la Esperanza, que vistió, por cierto, en la iglesia de San Pedro del Vaticano con motivo del Jubileo de las Cofradías. Me eché a llorar nada más verla con ese manto. Ilusión me hace cualquier obra para una imagen, pero, lógicamente, este manto va a ser especial», ha puntualizado el artista del barrio del Perchel, que, además, es capataz del trono de la Dolorosa malagueña que, hace poco más de un mes, hizo historia en el corazón espiritual de la cristiandad.
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