Tomás Maturana: «El Covid se llevó a mi padre pero dos de sus nietos sacan a su Cristo este Domingo de Ramos»
Emocionado recuerdo a un veterano de la cofradía de la Humildad de Málaga que acompañaba a sus titulares pese a su avanzada edad
Aunque la ilusión por poder vivir de nuevo plenamente una Semana Santa borra por unos días los sinsabores de los dos últimos años sin procesiones, ... el recuerdo de lo sucedido en esta pandemia sigue muy presente en la memoria y los corazones de muchos malagueños, entre ellos los cofrades, que esta primavera echarán especialmente en falta a aquellos a los que el coronavirus atacó de una manera más feroz. Es el caso de Tomás Maturana, cofrade de la Humildad, que este Domingo de Ramos ha dado los primeros toques para levantar el trono del Ecce Homo bajo la bóveda del santuario de la Victoria.
Es el homenaje que esta hermandad victoriana ha querido hacer al que fuera uno de sus cofrades más constantes y queridos, el padre de Tomás, Tomás Maturana Ariznavarreta, quien estuvo hasta el Domingo de Ramos de 2019 acompañando a sus titulares, aunque por fuera de la procesión, a pesar de su avanzada edad y una operación de cadera que lo obligaba a usar muleta. El pasado 1 de enero, el Covid se lo llevó con 85 años, dejando huérfanos no solo a su familia, sino también a los servitas blancos, que lo recuerdan como una figura muy unida a la hermandad desde su fundación.
«Nosotros somos de Valladolid. Mi abuelo fue fundador de la Cofradía de las Siete Palabras, así que mi padre traía puesto el gen cofrade. En 1982 nos vinimos a vivir a Málaga y de joven me enganché en el grupo de personas que reorganizaron la Humildad en aquellos años ochenta. Entonces involucré a mi padre y le metí el gusanillo. Estuvimos sacando juntos al Cristo de la Humildad muchos años», recuerda Tomás Maturana hijo, que, a sus 59 años, este Domingo de Ramos mezcla el sentimiento de nostalgia y recuerdo por la figura de su progenitor con la emoción por ver su relevo en sus nietos.
«El Covid se lo ha llevado pero dos de sus nietos ocupan nuestro sitio en los varales este Domingo de Ramos: mi hijo mayor, Tomás, y Álvaro, que lo saca por vez primera con 18 años. Su otro nieto, Ignacio, que tiene 16, sale de nazareno», relata orgulloso Tomás. «Desde el principio la Humildad nos tiene enganchados a todos. Me estoy planteado reincorporarme el año que viene de nazareno o retomar la comisión de servicio externo de la procesión que realizaba mi padre en los últimos años. Siempre estaba pendiente de todo, hasta el último momento», recuerda este cofrade.
La familia de Tomás es un ejemplo de arraigo en la tradición de la Semana Santa que se transmite de padres a hijos. Un orgullo para Francisco Cidfuentes, que este Domingo de Ramos se estrena como hermano mayor al frente de la Humildad. «Es una satisfacción muy grande poder poner a tu cofradía en la calle después de estos dos años sin procesiones», afirma.
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