Pollinica estrena el Domingo de Ramos del reencuentro cofrade

Desde primeras horas de la mañana se palpaban en el ambiente las sensaciones de los días especiales. En los alrededores de San Felipe Neri los capirotes morados y verdes aguardaban el momento de la salida. El cortejo de hebreos, con gran número de niños -la cantera cofrade-, y nazarenos salió desde calle Cabello al no poder hacerlo desde el interior del templo.

En las puertas del salón de tronos coincidieron el obispo de la diócesis, Jesús Catalá, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, el presidente de la Agrupación de Cofradías, Pablo Atencia, el pregonero de la Semana Santa de 2022, Javier González de Lara, el gerente del SAS, Miguel Ángel Guzmán, y el superior de la comunidad agustina en Málaga, fray Justo Díaz de Villarreal.

Antes de la salida, monseñor Catalá dirigió unas palabras a los hombres de trono donde destacó que Jesús es «nuestro rey, nuestro Señor» y animó a los portadores a llevarlo por las calles «con alegría». Asimismo encomendó a la Virgen del Amparo que «cuide de Málaga, España y el mundo». Antes de bendecir a los presentes, el prelado dirigió la oración del Padrenuestro y el Avemaría.

El honor de dar los primeros toques de campana de la Semana Santa de 2022 correspondió a Francisco Javier 'Chico' Espejo, que fue jefe de la sección de hebreos y que estuvo ingresado por Covid, arrastrando aún secuelas que le impiden participar en la procesión. La cofradía pensó en él, en representación de todos los hermanos y malagueños que han estado afectados por la pandemia para que inaugurara la Semana Santa, según destacó el hermano mayor, Juan Jesús Granados.

Los vivas a Jesús de la Pollinica, a la Virgen del Amparo y a los pollinicos fueron el preludio para escuchar la frase: «¡Hermanos, a la gloria!». Momento de gran intensidad que dio paso a la salida entre aplausos y repicar de campanillas del trono de Nuestro Padre Jesús a su Entrada en Jerusalén y San Juan Evangelista, que llevó un exorno floral a base de cymbidium rosa claro, dendrobium rosa claro, hipericum rosa claro, flor de cera rosa, helecho, rosas amarillas y margaritas rosa claro.

Mientras el Señor enfilaba calle Parras buscando Dos Aceras, en el interior de la casa hermandad se vivió un momento especialmente emotivo, con vellos de punta y lágrimas en los ojos. Paloma Sánchez Domínguez, hermana de la cofradía y esposa de quien fuera hermano mayor y mayordomo de honor del trono Jesús Saborido, fallecido en 2021, fue la encargada de dar los primeros toques en el trono de la Virgen del Amparo, que procesionó por primera vez tras la restauración de Antonio Bernal.

«Esta primera subida va en recuerdo de quien fue vuestro hermano mayor y mayordomo de trono durante muchísimos años. La Virgen del Amparo lo protegió siempre, desde pequeño hasta que dignamente, dormido, cogido de mi mano se lo llevó con Ella. Rezadle hoy a la Señora del Amparo porque Ella os va a proteger siempre. Este lazo blanco que llevamos (en la campana del trono) es por la paz y en recuerdo de los que ya no están con nosotros. ¡Vámomos a la calle! ¡Va por ti, Jesús!», exclamó una emocionada Sánchez.

La Virgen del Amparo llevó entre sus joyas la medalla de oro de la cofradía de Saborido y estrenó una rosa de oro realizada por Manuel Fenoll y regalada por miembros de la junta de gobierno con motivo del 75 aniversario de la imagen.

A las puertas de la casa hermandad y para salir a la calle, los primeros toques los dio Miguel Ángel Guzmán en nombre de los profesionales sanitarios. El hermano mayor le hizo entrega de un cuadro con las imágenes de los titulares y una placa de recuerdo.

A la salida del trono de la Virgen del Amparo, exornado con rosas pearl salmón avalanche, hipericum salmón, flor de cera rosa y helecho, se vivió un momento de gran intensidad a los sones de la marcha 'María Santísima del Amparo' y los hombres de trono meciéndola con el paso pollinico.

Con motivo del centenario de los primeros estatutos de cofradía, el libro de reglas llevó en su interior una copia de los estatutos originales aprobados en 1922 bajo el episcopado del obispo Manuel González, hoy santo. Otra de las novedades durante la procesión fue que la hermandad moderó el acompañamiento musical en las calles Puerta de San Buenaventura y plaza del Teatro en homenaje a los niños autistas.