Paloma Saborido: «La Iglesia ha admitido la fuerza enorme que tiene la religiosidad popular»
La coordinadora de la Gran Procesión considera que la Esperanza y El Cachorro han demostrado que la rivalidad entre Málaga y Sevilla es absurda
Detrás de todo lo vivido durante esta pasada semana en el Vaticano y la Ciudad Eterna está la cofrade malagueña Paloma Saborido. Ella tuvo el ... sueño y la idea de una procesión conjunta entre el Cristo de la Expiración de Sevilla y la Virgen de la Esperanza de Málaga para celebrar el Jubileo de las Cofradías y, nunca mejor dicho, movió Roma con Santiago para que haya sido posible. Tras todo lo acontecido en los últimos días, la coordinadora de la Gran Procesión hace un balance muy positivo de los frutos que deja esta celebración histórica.
- ¿Cómo valora la participación de personas tanto en la veneración a las imágenes en San Pedro como en la Gran Procesión?
- De forma muy positiva. Si nos centramos en San Pedro, el otro día comentándolo con el arzobispo Rino Fisichella, que sacó un hueco en su apretada agenda para ver cómo estaban expuestas las imágenes en la basílica, me comentó que apenas si pudo acercarse a ellas. Había una cantidad enorme de personas. Se ha visto claramente su gran devoción popular. No solo se ha marcado un hito en la historia de las dos imágenes y de la Semana Santa andaluza, sino que se marca un hito en la historia de la propia basílica de San Pedro, porque es la primera vez que dos imágenes devocionales reciben culto allí. Se ha visto la fuerza enorme que tiene la religiosidad popular. La Gran Procesión superó las expectativas. Sabíamos que iba a tener un recorrido largo, había partes en las que el público estuvo un poco alejado del cortejo, pero no pasó nada. Las imágenes siempre estuvieron arropadas. La participación ha sido increíble y no solo con público de Sevilla o Málaga, han venido cofrades de todo el mundo. Los vítores y los aplausos han demostrado el vuelco extremo con las imágenes que participaron.
- ¿Qué va a suponer este acontecimiento para Málaga y su Semana Santa?
- Me gustaría pensar que se ha plantado una semilla. Es precioso ver cómo la ciudad ha hecho suyo este proyecto y ha demostrado que la Semana Santa es suya por encima de otras historias y polémicas. Ha demostrado que se siente orgullosa de su Semana Santa, y que Málaga es la Esperanza y la Esperanza es Málaga.
- ¿Y en cuanto a la relación de las cofradías con la Iglesia?
- En muchos momentos de la historia los cofrades no han sido comprendidos por una buena parte de la Iglesia. Cuando hemos sido criticados por la manera de sentir y vivir nuestra fe, desde dentro de la Iglesia, se partía desde el desconocimiento de nuestra manera de vivir la fe. Hoy, con este reconocimiento que la Iglesia hace a las cofradías, dándonos un espacio protagonista en el Jubileo, admite la fuerza de la religiosidad popular. Hemos plantado una semilla y hemos convencido a la parte de la Iglesia que puede no entender nuestra forma de vivir la fe, para que sepa cómo es nuestra misión de evangelización.
«El Papa León XIV ha hablado de la importancia de la piedad popular y eso es más relevante que la presencia o no de las imágenes en la misa»
- ¿Con qué momento se queda de todo lo vivido?
- Ver a El Cachorro y la Virgen de la Esperanza pasar por enclaves cargados de simbolismo ha sido algo maravilloso. Cuando vi ambas imágenes en la basílica de San Pedro, por lo complicado que ha sido a nivel logístico y organizativo, fue impresionante. No obstante, me quedo con el momento en el que se cerraron las puertas del 'tinglao' tras la Gran Procesión, y costaleros y hombres de trono hicieron las maniobras para reubicar el paso y el trono. Ahí, fue el momento de más satisfacción personal, porque creo que lo conseguimos. Logramos entender y ver que se puede, que aun con las diferencias estéticas, se puede conseguir la unidad entre los cofrades. Somos todos iguales y sentimos igual, incluso con las diferencias entre ciudades o países. Esa unidad por la que luché desde un principio la han logrado los dos hermanos mayores y sus grupos de trabajo. Se han hecho uno con todas las dificultades de esencia de cada una de las hermandades. Han dado un ejemplo de fraternidad.
- ¿Qué frutos deja este Jubileo de las Cofradías?
- El hecho de entender que somos Iglesia. En primer lugar, por parte de los cofrades. No caminamos en paralelo, sino con la Iglesia, porque formamos parte de ella. Además, para los miembros de la Iglesia que no entienden nuestra forma de sentir, ha quedado suficientemente claro que la institución que la gobierna ha manifestado que somos trascendentales en la evangelización del siglo XXI. Somos la asociación de la Iglesia mejor preparada para lo que decía el Papa Francisco de salir a las calles y a las plazas a transmitir el mensaje de amor de Jesús.
- ¿Ha echado en falta algo?
- Ha podido parecer que ha faltado la guinda del pastel porque las imágenes no han podido estar en la misa del domingo. Es normal, porque cuando los cofrades conseguimos cinco queremos diez… Pero también es cierto que los cofrades han participado en el inicio del pontificado y el Papa León ha recordado a las cofradías y ha hablado de la importancia de la piedad popular. Para mí esto ha sido casi más relevante que la presencia de las imágenes en la misa.
- ¿Qué efecto va a tener este acontecimiento en las relaciones entre las cofradías de Málaga y Sevilla?
- Las dos cofradías han dado un ejemplo claro de que la unidad es posible. Esa rivalidad absurda que solo algunos pretenden seguir manteniendo entre las dos ciudades puede desaparecer en cualquier momento. No hay tanta rivalidad, no existen más que diferencias estéticas. El sentimiento de ser cofrades es el mismo en Sevilla, Málaga, León, Cartagena, Murcia…
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