Misa del alba del Cautivo aforada en la plaza de San Pablo

El Cautivo y la Trinidad se ubican en el dintel de la iglesia sobre unos pedestales que han salido desde el interior de la iglesia de San Pablo empujados por algunos miembros de la junta de gobierno y los exhermanos mayores de la cofradía. La fachada principal del templo luce una decoración especial.

Desde la azotea cuelgan dos grandes banderolas de damasco burdeos con emblemas cristinos y marianos: el anagrama IHS (Iesus Hominum Salvator, Jesús salvador de los hombres) adoptado por la Compañía de Jesús y la paloma de Espíritu Santo saliendo del triángulo alusivo a la Santísima Trinidad. En el frontispicio ojival se incluye la heráldica corporativa y el dintel aparece decorado con un arco de flores. Escoltando a las imágenes hay cuatro blandones y dos ánforas con flores.

El recinto de la plaza está cerrado perimetralmente y el acceso está controlado en las calles adyacentes por agentes de la Policía a través de dos anillos de vigilancia. Al recinto donde se oficia la misa sólo han podido acceder los religiosos celebrantes, el personal encargado de la seguridad y la retransmisión y 268 invitados.

Las invitaciones han sido repartidas por la hermandad a un protocolo básico y reducido, a miembros de la cofradía por orden de antigüedad, a una representación del barrio de la Trinidad (comerciantes, entidades religiosas, colectivos sociales) y de los servicios esenciales que luchan contra la pandemia.

El coro de la Catedral es el encargado de la parte musical, junto al tenor Luis Pacetti y la soprano Lourdes Martín-Leiva, y dos grupos de cámara de la banda sinfónica Virgen de la Trinidad. Tras la misa Isabel Guerrero cantará una saeta.

A las 12 horas abrirán las puertas de la casa hermandad para que los fieles contemplen las imágenes desde el exterior.