Una compañía de transporte de origen danés trasladará a la Virgen de la Esperanza de Málaga a Roma

La ciudad romana ya está prepara, pues, para recibir a millones de peregrinos para un evento religioso, cultural y social único, que, por primera vez en su historia, dará cabida al fenómeno pío; es decir, a las hermandades y cofradía. Este acontecimiento, inédito hasta ahora, se desarrollará el próximo mes de mayo, pero el Jubileo de 2025, que tiene por lema 'Peregrinos de esperanza', ofrecerá a los fieles a lo largo de todo el año la oportunidad de obtener indulgencias, asistir a eventos culturales y participar en diversos actos religiosos y sociales, como es el caso de la Gran Procesión de Roma, que pondrá en las calles a dos iconos devocionales andaluces, el Crucificado de la Expiración de Sevilla y la malagueña Virgen de la Esperanza, que figurarán en sus andas procesionales.

Para el transporte de las imágenes, tronos y enseres suntuarios, ambas corporaciones confiarán este cometido en la compañía danesa de transporte y logística DSV, fundada hace casi medio siglo, que cuenta con presencia en más de 80 países, entre ellos, España.

Con este encargo a DSV, la comisión organizadora apuesta «por una empresa de primer nivel; una multinacional de logística y transporte con sede en España, líder en la gestión de proyectos logísticos complejos», explica el comité organizador del evento y añade que, como primer operador logístico a nivel mundial «cuenta en España con clientes tan relevantes como el Ministerio de Defensa, del que es operador logístico único», indica. En este sentido, hay que recordar que el Cuerpo de Intendencia del Ejército de Tierra es hermano mayor honorario de la Archicofradía del Paso y la Esperanza.

DSV, que también ha trabajado para el Museo Nacional del Prado, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía o el Arqueológico y Paleontológico de la Comunidad de Madrid. ofrece soluciones integrales para proyectos de alta exigencia. Así, será su departamento especializado en Museos, Exposiciones y Eventos, el encargado de realizar el transporte de las imágenes, así como el paso de El Cachorro y el monumental trono de la Dolorosa de la Esperanza, cuyo conjunto será desmontado por el tallista Manuel Toledano nada más finalizar la próxima Semana Santa. Precisamente, este artista malagueño, que fue el último restaurador de este trono, será, igualmente, quien lo vuelva a montar en Roma.

Aunque se barajó la posibilidad de que el transporte se hiciese en barco, desde el puerto de Valencia a Civitavecchia o, incluso, desde Málaga a Civitavecchia, finalmente, se llevará a cabo por carretera, en vehículos especiales, y con medidas de seguridad. El tallista malagueño se desplazará a Roma con un equipo, formado por tres artesanos más, uno de ellos dorador, Tomás Fernández, quien se encuentra trabajando en el dorado del trono del Cristo del Amor, tallado precisamente por Toledano, que, si no hay contratiempos, se estrenará el próximo Viernes Santo.

El trono viajará totalmente desmontado, a excepción de la mesa –su estructura metálica– y el primer moldurón de madera del trono, de unos diez centímetros, que talló Rafael Ruiz Liébana y que se encuentra acoplado a la propia mesa. Su montaje está previsto para una semana antes de la salida procesional de la Virgen de la Esperanza por las calles de Roma. Así, los autores de este complejo proceso deberán acometerlo a partir del viernes 9 de mayo, trabajos que se prolongarán entre tres y cuatro días.

La celebración de la Gran Procesión de Roma cuenta con la colaboración de la Junta de Andalucía, así como los ayuntamientos de Málaga y Sevilla, Diputación de Málaga-Turismo Costa del Sol, Fundación Unicaja y Fundación Cajasol.