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El hermano mayor de Pollinica, José Luis Vizcaíno, fray Justo Díaz y Jesús Saborido.
Divisiones cofrades

Divisiones cofrades

El acercamiento, parece que definitivo, entre Saborido y la Pollinica (o viceversa) es una buena noticia en un mundo cofrade donde abundan en exceso los enfrentamientos internos entre los hermanos.

PEDRO LUIS GÓMEZ

Jueves, 29 de octubre 2015, 19:31

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ES un mundo complicado el cofrade... Bueno, no es correcta tal afirmación: como todos los sectores sociales, el cofrade también tiene sus complejidades, mal que les pese a quienes entienden que los valores y la enseñanza en la que se basa su origen, su ser y su existir no pueden compararse para nada con otras organizaciones y asociaciones de ámbito 'más mundano'. Bueno, eso es otro error, porque el cofrade está formado por seres humanos, con sus muchos defectos y sus más bien escasas virtudes, algo que sin embargo no debería ser así en entidades que practican y transmiten una forma de vida basada en el perdón, la generosidad y el servicio a los demás. En teoría debería ser así, pero desgraciadamente estamos hartos y tenemos ejemplos a cientos de todo lo contrario, de actitudes encontradas en cuanto hay de por medio unas elecciones para junta de gobierno o cuando se produce el relevo de un hermano mayor. Casos tenemos 'a patadas' de personas que durante años han sido casi inseparables y que una vez producido un relevo en sus funciones en la cúpula de su hermandad han acabado como Caín y Abel, o extrañas decisiones de nuevos responsables de cofradías respecto a posicionamiento de sus antecesores que desde luego sorprenden al más pintado.

La concordia no ha sido precisamente la palabra más utilizada en la inmensa mayoría de las elecciones celebradas en las cofradías malacitanas en los últimos años, y eso, sinceramente, sorprende por todo lo dicho anteriormente: rara es la candidatura perdedora que no impugna a la ganadora (nunca al revés, ¡faltaría!...) y masivos son los compañeros de extrañas alianzas que surgen al albor de procesos electorales. Todo un sainete...

Saborido y la Pollinica

Y uno de los ejemplos a los que me refiero es al distanciamiento, enorme, que durante casi dos décadas ha habido entre Jesús Saborido y su familia con la Pollinica. Cuesta trabajo asimilar todo lo que ha pasado entre unos y otros a lo largo de muchos años de malos entendidos, desaires y actitudes hostiles, que, afortunadamente parece que se han superado de forma definitiva. El reencuentro de Saborido con su Pollinica y de la Pollinica con quien fuera su hermano mayor es un hecho que produce alegría a los cofrades de buen ser y entender, pero sobre todo a los de la cofradía del Domingo de Ramos, porque nadie tiene que excluir a nadie, aunque nadie, a la vez, sea imprescindible.

Sé de buena tinta que el acercamiento entre ambas partes (de los dos, conste), que ha derivado con el nombramiento de Mayordomo de Honor Perpetuo de la Virgen para quien fuera presidente agrupacional entre 1991 y 1997, ha satisfecho a tirios y troyanos, porque en el fondo, ni a Jesús Saborido se le podía entender sin la Pollinica y viceversa, y lo contrario era un atentado a la razón.

Este ejemplo tan positivo debería de tener nuevos capítulos. En el Cautivo van directos a ello, de la mano de Carlos Ismael Álvarez, algo que, desgraciadamente, no se puede decir que esté ocurriendo en la otra cofradía intervenida por el Obispado, las Penas, donde los conflictos internos siguen siendo flor nuestra de cada día, hasta extremos increíbles, que afectan, incluso, a esa obra de arte que es el oratorio realizado por Raúl Berzosa. Por mucho interés que 'desde fuera' se estén poniendo, los extremos en la hermandad de Pozos Dulces siguen sin tener fin, y eso no es nada bueno.

Lo mismo que no es nada positiva la tremenda división que existe hoy en no pocas cofradías malagueñas, entre ellas varias de las que son santo y seña de nuestra Semana Mayor. Los personalismos son siempre muy negativos, y si muchos casos sorprenden, las divisiones en cofradías (cofrade, hermano, acción en común, esfuerzo colectivo para una acción superior), pese a haber existido de siempre, hoy siguen siendo uno de los puntos más débiles de la Semana Santa malagueña, y si me apuran injusta y torpemente avivadas por ese 'terror' que son las redes sociales cuando no se utilizan con cabeza, cultura y lógica. Alguien me decía (por los insultos y descalificaciones que se vierten en ellos) que lo peor que hay es un foro cofrade. Saben que les digo: que quien eso afirma lleva más razón que un santo, y nunca mejor utilizada la expresión.

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