Carlos Alegría, jefe del servicio de Aparato Digestivo del grupo HM en Málaga
«Yo no aconsejo comprarse un test en la farmacia si se tienen síntomas, porque la prueba la tiene que interpretar un médico»
No hay más que echar un vistazo a las redes sociales para oír hablar a personas que dicen que tienen la tripa hinchada y molestias ... digestivas a causa del SIBO o sobrecrecimiento bacteriano. Síntomas tan frecuentes como hinchazón abdominal, gases, estreñimiento o diarrea son comunes a muchas enfermedades digestivas: desde leves hasta muy graves. «El riesgo de autodiagnosticarse de SIBO es que puede haber una enfermedad de base mucho más importante que estamos pasado por alto», advierte Carlos Alegría, jefe del servicio de Aparato Digestivo del grupo HM en Málaga.
–¿Qué es el SIBO o sobrecrecimiento bacteriano y cómo se diagnostica?
–Es un síndrome en el que se produce un sobrecrecimiento de bacterias en el intestino delgado. Hay distintas técnicas de diagnóstico, pero la más habitual es una prueba de aire espirado. Las bacterias del intestino generan un gas que medimos a la hora de espirar el aire, porque para que haya SIBO tiene que haber una concentración determinada de bacterias en el intestino delgado. El método más fiable es sacar una secreción del intestino delgado mediante una endoscopia y cultivarla para ver si hay un sobrecrecimiento.
–¿Son fiables los test de farmacia?
–A alguien que se note hinchado o tenga algún síntoma yo no le aconsejo que se compre un test y se lo haga, porque hay que interpretarlos, que no es algo fácil. Lo tiene que monitorizar e interpretar un médico de familia o, incluso, un especialista en aparato digestivo.
–¿Qué riesgos tiene autodiagnosticarse?
–Esa es una pregunta muy, muy importante, porque autodiagnosticarte de SIBO puede enmascarar una enfermedad mucho más importante que desconozcamos. Por ejemplo, alguien que se hinche y tenga más tendencia al estreñimiento se hace la prueba porque ha oído que esos síntomas pueden ser SIBO y resulta positiva. Pero es que el SIBO muchas veces está condicionado por algo que lo produce y puede haber una enfermedad de base, que puede ser benigna o tener mucha importancia y la estamos dejando correr simplemente pensando que es un SIBO. Eso es muy peligroso y, obviamente, no va a responder al tratamiento .
«El problema es que los síntomas del SIBO son muy parecidos a los de muchísimas enfermedades digestivas: desde lo más banal hasta algo realmente serio»
–¿Cuáles son los síntomas, aunque haya algunos comunes a otras enfermedades, que pueden sugerir que es SIBO?
–Ese es uno de los grandes problemas, porque el SIBO puede hinchar la barriga o provocar gases, diarrea, estreñimiento y, en casos muy severos, podría llevar a desnutrición. Lo que ocurre es que estos síntomas son muy parecidos a los de muchísimas enfermedades del aparato digestivo. Se puede estar hinchado por un helicobacter, una intolerancia o un tumor. Puede ser desde lo más banal hasta algo realmente serio, aunque esto último no es lo habitual. Si nos sentimos mal; hay que ir a un especialista a que nos dé su opinión y nos haga las pruebas que considere.
–Con ese tipo de síntomas ¿La mayor parte de las veces es SIBO o es otra cosa?
–Muchísimos pacientes vienen a la consulta con síntomas digestivos y tenemos que ir descartando desde lo más frecuente y más grave, que no se nos puede pasar, hasta cosas más leves. Hay que pedir pruebas para confirmar que no hay ninguna enfermedad importante y, finalmente, si el paciente sigue con molestias, pues comprobar si puede ser una enfermedad funcional o metabólica, dentro de las que están el SIBO y las intolerancias.
–¿Ahora hay más personas con hinchazón abdominal y gases o es que antes se prestaba menos atención a esos síntomas?
–Yo creo que se ha puesto un poco de moda. Yo paso consulta en la pública y en la privada. En la pública a nadie le importa el SIBO, parece que no existe. Y en la privada parece que todo es SIBO. ¿Qué pasa? Pues que la privada te da recursos, te da agilidad para ver a los pacientes muy rápido y te da facilidades para ir descartando cosas, y al final escuchamos al paciente e indagamos un poco más en cuanto a intolerancia, SIBO....
«Muchas veces es un problema de alimentación, pero si estamos comiendo bien y los síntomas siguen hay que ir al médico»
–¿Qué tendría que hacer una persona que note distensión abdominal y gases?
–Si a todo el mundo que se le hincha la barriga le digo que venga a la consulta de digestivo se colapsaría. Primero hay que hacer autoconciencia, porque muchas veces es un problema de alimentación. Si creemos que estamos comiendo bien y que la hinchazón no es por tomar Coca-Cola o cerveza y seguimos teniendo el problema, pues habría que ir a un médico digestivo.
–¿Se pueden tener este tipo de molestias sin que respondan a una enfermedad específica?
–Son trastornos funcionales. Se está asociando el SIBO a muchas otras enfermedades, como puede ser la esclerodermia, la esteatosis hepática no alcohólica, al tiroides, a los problemas dermatológicos.
–¿Afecta más a mujeres?¿Por qué?
–El motivo no se sabe, aunque se sigue estudiando. No hay estudios categóricos que digan que afecta más a las mujeres, pero es un sentimiento en general y lo cierto es que vemos a más mujeres con SIBO en consulta.
–¿Además de enfermedades hay otras causas de SIBO?
–El SIBO puede aparecer cuando alguien está inmunodeprimido o si tiene alguna obstrucción o cuando el movimiento del intestino es más lento por alguna causa, ya que al no barrer tan rápido las bacterias del intestino, va a haber una tendencia al sobrecrecimiento bacteriano. En general, todo lo que te baje las defensas y lo que te haga más lento el intestino te predispone a sufrirlo.
–¿Cómo se trata el SIBO y qué pasaría si no se tratara?
–Es raro encontrar a personas con SIBO que lleguen con malnutrición. La teoría es que las bacterias del intestino compiten por los alimentos que toma esa persona y se comen su comida, generando toxinas, hidrógeno, metano y gases que van a provocar molestias. En el tratamiento hay varios enfoques: lo primero va a ser bajar la carga de bacterias. Si no podemos solucionar lo que está llevándote a la producción del SIBO, como puede ser un tumor y que no se mueva el colon o una diabetes que te inmunodeprime y que hace más lento el intestino, vamos a tener que tirar de medicamentos que lo reduzcan, que son antibióticos. Con los antibióticos bajamos el número de bacterias y luego hay que controlar con otro test de aire expirado que todo esté bien. Pero hay que cambiar algo para impedir que crezcan de nuevo, porque las bacterias se replican rapidísimo. Entonces, el tratamiento tiene que ir apoyado por prebióticos y probióticos que restablezcan tus bacterias de una manera equilibrada; también es fundamental el apoyo de un nutricionista que te diga qué puedes comer, qué no... Si yo no como nada no me hincho, pero no puedo vivir sin comer nada. Entonces, la función principal del nutricionista es ir introduciendo alimentos que tu cuerpo tolere y que no te hagan ser propenso a que estas bacterias crezcan de nuevo.
–¿En los casos leves el SIBO se puede resolver solo o siempre hay que tomar un antibiótico?
–Sí. Incluso hay gente que viene a la consulta y no encuentras una patología, pero los sobres para preparar el colon para la colonoscopia le dan una diarrea grande y después vienen y te dicen: Doctor, después de la prueba estoy fenomenal. No es que la prueba les haya hecho algo dentro, es que probablemente barrió las bacterias y esto regularizó el equilibrio en el intestino.
–¿Hay alguna pauta de estilo de vida que sirva para prevenir el SIBO o por lo menos para una buena salud gastrointestinal?
–Yo creo que no hay una prevención como tal. Lo que sí pediría a la población es que coman sano, que hagan ejercicio y que se olviden de su tripa. En los gases puede haber rachas, aunque si tenemos síntomas que no se van es cuando nos tiene que guiar un especialista.
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