
Carlos Funes, urólogo de HM Hospitales
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Carlos Funes, urólogo de HM Hospitales
«El tamaño normal del pene es el que permite mantener relaciones sexuales satisfactorias», así de contundente se muestra Carlos Funes, urólogo de HM Hospitales, especialista en salud genital y sexual masculina. Funes reconoce que aunque cada vez reciben más consultas sobre la longitud y grosor del pene, «muchas veces esta preocupación es cosmética».
–¿Qué se considera un tamaño normal del pene y qué es un micropene?
–Los urólogos entendemos que el tamaño normal del pene es el que permite a un hombre tener relaciones sexuales satisfactorias. Si me pides una medida, la media en España suele ser unos 7 centímetros en flacidez y unos 13 centímetros en erección. El micropene es una enfermedad en la que el pene es de un tamaño muy pequeño, unos 3 ó 4 centímetros, lo que hace que el órgano genital y sexual masculino no tenga funcionalidad. El síndrome del micropene puede estar englobado en muchas enfermedades no urológicas, como composiciones corporales anómalas o estar relacionado con problemas psiquiátricos, como el síndrome de la dismorfofobia.
–¿En qué consiste la enfermedad de Peyronie?
–La enfermedad de Peyronie, que afecta a un 15% de los hombres, consiste en que parte del pene se calcifica, se fibrosa, lo que provoca que cuando hay una erección se curve, a veces tanto que hace imposible mantener relaciones sexuales. Está muy relacionada con la diabetes, con problemas a nivel de los tendones, de las manos, y parece que tiene también un componente genético. Hay una primera fase, cuando la enfermedad se está asentando en el aparato genital, y otra etapa de estabilidad, en la que se produce un punto de no retorno. Aproximadamente en un 75% de los hombres que la padecen se coge en estadios muy tempranos y con un tratamiento médico se estabiliza la enfermedad y permite mantener relaciones sexuales, aunque haya cierta curvatura en el pene.
–¿En fases tempranas se puede curar?
– Se trata de evitar que la fibrosis del pene siga creciendo, porque una vez que empiezan los síntomas el daño en el órgano está establecido. No hay unos tratamientos específicos para curar por completo la enfermedad, pero sí para paliar los síntomas, ese dolor con la incurvación y, si es necesario, también se puede hacer una cirugía de reconstrucción
–¿Qué se hace en esa cirugía?
–Hay varios tipos de cirugías de reconstrucción, siempre buscando la funcionalidad del órgano. La más sencilla es la que permite colocar el pene recto. Es una cirugía generalmente ambulatoria, que se hace con anestesia de cintura para abajo. Consiste en poner el lado más curvo al mismo nivel que el lado que no está curvo. Hay que tener en cuenta que produce una disminución del tamaño del pene en erección, porque utilizamos esa curva para ponerla al nivel de la parte del pene que está con una longitud más retraída. También hay otro tipo de cirugía para pacientes que tienen una curvatura mayor, de prácticamente 90 grados, que imposibilita mantener relaciones sexuales. En estos casos quitamos la placa que se ha formado por el depósito de calcio y prácticamente reconstruimos el pene con injertos, porque si no tendrían un acortamiento muy grande que podría impedirles mantener relaciones sexuales y también se podría ver comprometida la manera en la que orinan.
–¿Hay muchas consultas sobre la longitud o el grosor del pene?
–Cada vez estamos recibiendo más.
–¿Suele estar justificada esa preocupación?
–Hay que evaluar muy bien al paciente, porque muchas veces más que un pene corto lo que ocurre es que a lo mejor lo que rodea al pene no está 'bien colocado', como yo digo. Lo principal es hacer una buena historia clínica, ver las expectativas que tiene el paciente, si tiene algún problema en el que no se ve bien su cuerpo, una dismorfofobia. Y ver si hay algo alrededor de los genitales que esté impidiendo que ese pene se vea cosméticamente y estéticamente como lo que es. Salvo los diagnósticos de micropene, que existen, muchas veces esto es realmente una preocupación cosmética. Todo esto lo valoramos en una consulta de andrología. Hay pacientes que tienen un pene enterrado, porque tienen mucho acúmulo de grasa en la zona del pubis, porque es un escroto muy redundante... Esos pacientes verdaderamente tienen un pene que no tiene una longitud lo suficientemente funcional para tener relaciones. En esos casos sí estaría indicado realizar algún tipo de cirugía cosmética y de alargamiento que llamamos.
–¿Estaría justificada la cirugía únicamente por estética como pasa, por ejemplo, los aumentos de pecho?
–Aquí lo que prima es la funcionalidad para tener relaciones. Estas cirugías cosméticas de alargamiento o de engrosamiento hay que evaluarlas muy bien, ver qué expectativas tiene el paciente y qué es lo que le podemos ofrecer.
–¿Y en el caso de que sea alguien que tenga relaciones sexuales satisfactorias?
-Siempre que el paciente asuma que puede tener un empeoramiento de su erección, que es algo que puede pasar o no pasar.
–¿Qué puede esperar después de esta cirugía?
–A lo mejor puede notar que su erección se mantiene, pero con otro aspecto, que no va a tener un pene tan elevado para mantener relaciones sexuales, sino más bajo, y también puede cambiar el aspecto de su erección. Además, hay que valorar la posibilidad de que haya que hacer una circuncisión, con lo que el aspecto de su pene va a cambiar tras la cirugía. Eso lo tiene que conocer el paciente. Es fundamental la historia clínica, porque a lo mejor viene un paciente preguntando por un alargamiento y realmente su problema no es la longitud del pene, sino que hay que mejorar su grado de erección.
–¿En qué consiste la cirugía de prótesis de pene?
–Es una cirugía para pacientes con disfunción eréctil. severa, que no responde a tratamientos farmacológicos. Hay de dos tipos: la prótesis de pene maleable, que consiste en introducir dentro del pene dos vástagos que van a tener el pene siempre en erección, pero que permitiría moverlo de un lado a otro para meterlo en la ropa interior y en el pantalón. Y luego existen las prótesis hidráulicas de tres componentes, que tienen una especie de depósito en la zona de la ingle, otra parte en el interior del pene con dos cilindros que se llenan y se vacían de líquido, de forma que el paciente produce su propia erección apretando la bomba cuando lo decide, lo que le permite tener relaciones sexuales satisfactorias.
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