Ángel Cilveti, Jefe del servicio de Oftalmología de Vithas Xanit Internacional
«Las personas con cataratas empiezan a tener una sensación de deslumbramiento con las luces, a ver los colores diferentes y a medida que va avanzando una especie de visión borrosa»
Ya no hay que esperar a no ver casi nada para operar una catarata. La cirugía se ha perfeccionado mucho y hoy día se intervienen ... cuando el paciente tiene una calidad visual que le empieza a afectar a su vida cotidiana. «En pacientes que tienen presbicia y ya en torno a los 60, con algún grado de catarata aunque sea mínima, podemos incluso en la misma intervención ponerles una lente que corrija las dos cosas», explica Ángel Cilveti, jefe del servicio de Oftalmología de Vithas Xanit Internacional .
–¿Qué son las cataratas?
–El cristalino tiene tendencia a volverse opaco con el paso del tiempo, sobre todo a partir de los 60 años. A esa pérdida de transparencia progresiva es a lo que llamamos catarata.
–¿Cómo ve alguien que tiene cataratas?
–Van notando una serie de cambios paulatinos: una sensación de deslumbramiento con las luces, empiezan a ver los colores diferentes, necesitan más luz para ver lo que antes veían con menos luz, y a medida que la catarata avanza una especie de visión borrosa hasta que llega un momento en que tienen una reducción clara de su agudeza visual. «Por más que me limpio las gafas no consigo ver con nitidez», te dicen.
–¿Cómo es la evolución?
–Estadísticamente, entre los 55 y 60 años, cuando exploras a un paciente, aunque venga por otro motivo, empiezas a notar que el cristalino ya no es tan transparente. En la mayoría de estos pacientes, cuando llevan unos diez años de evolución, esa opacidad se hace claramente sintomática y tienen que operarse. A veces va más rápido y depende también de la profesión y de las necesidades visuales que tenga cada uno.
–¿Afecta el uso de pantallas o el tipo de trabajo que haga?
–Las pantallas emiten una luz azul y hay estudios que dicen que es posible que tenga alguna influencia en la progresión de la catarata, pero eso no ha sido demostrado. Hay otras situaciones que pueden hacer que la catarata avance más rápido: los tratamientos continuados con corticoides o tomar grandes dosis de corticoides en un periodo corto de tiempo, sobre todo cuando la catarata empieza, favorece que evolucionen más rápidamente, y determinadas patologías ya del propio ojo o sistémicas también pueden tener ese efecto.
–¿Cuál es el momento ideal para operarlas?
–Hay mucha gente que te dice: A mi padre le dijeron que tenía que esperar a no ver para operarse, pero eso es un concepto antiguo. Hoy día la catarata se opera cuando el paciente tiene una calidad visual insatisfactoria y eso afecta a su vida cotidiana. No hay que esperar a que la catarata se vaya poniendo cada vez más opaca, que eso además conlleva que se ponga más dura y sea un poco más difícil operarla.
–Habrá gente que tenga cataratas y presbicia ¿Es recomendable operarse de las dos cosas al mismo tiempo?
–La presbicia o vista cansada es esa necesidad que todos vamos teniendo, salvo los que son miopes y no se han operado, de usar gafas de cerca para poder leer a partir de los 45 años aproximadamente. Se corrige con gafas, con lentillas, o con una intervención. En pacientes más jóvenes, que con 42 años o 43 años ya tiene una presbicia clara y no tienen nada de catarata, podemos intervenirlos de presbicia sin tocar el cristalino. Sin embargo, en pacientes en torno a los 60 años, que ya tienen algún grado de catarata, aunque sea mínimo, y que evidentemente también tiene presbicia, podemos ofrecerles un tipo de lente con el que al operar la catarata le corregimos también la presbicia.
–¿Qué tipos de lentes se pueden colocar en la operación de cataratas?
–Básicamente hay de tres tipos: monofocales, que son las más básicas y las primeras que salieron. Es una lente que sustituye al cristalino y hay que calcularla en cada paciente para que tenga una buena visión lejana. Una vez operado ve muy bien de lejos, conduce estupendamente, pero para leer tiene una terrible presbicia y tiene que utilizar gafas; también hay lentes de rango extendido, que llamamos también EDOF (Profundidad de Foco Extendida), que ofrecen una buena visión sin gafas desde lejos hasta una distancia intermedia, unos 60 centímetros, la distancia del ordenador de sobremesa o incluso un poquito más cerca, hasta donde está el salpicadero del coche. Con estas lentes solamente necesitarían unas gafas pequeñitas para leer, para la visión de aproximadamente unos 30 centímetros. Y luego están las lentes multifocales o trifocales, que permiten visión lejana, intermedia y cercana sin utilizar gafas, que son las que van a liberar al paciente del uso de las gafas para prácticamente todas las acciones cotidianas, salvo que sea leer una letra muy pequeña con muy poca luz. Son las que te permiten recuperar la visión más parecida a la que uno tiene antes de la edad de la presbicia. Cada una luego tiene sus indicaciones y sus contraindicaciones. Hay algunas que tienen más tendencia a producir disfotopsias, es decir destellos o sombras alrededor de las luces, en algunos casos. Hay ojos que tienen también otras patologías, una intervención de la retina, un glaucoma o una degeneración macular incipiente. En esos casos, a lo mejor hay que recomendar una lente monofocal, pero partiendo de un ojo sano se le puede ofrecer al paciente estos tres tipos de lentes. También hay que tener en cuenta si han tenido una cirugía de miopía o de otro tipo previa. En estos casos hay que matizar qué lentes podemos usar y cuáles no, y hay que medirlas de un modo especial.
–¿Cómo es la operación?
–La cirugía de catarata está muy perfeccionada y es muy segura. No requiere ingreso hospitalario, el paciente se opera y al cabo de una hora más o menos que comprobamos que está bien se va a su casa. Yo opero con anestesia local y muchas veces con sedación para que además de no tener dolor esté tranquilo.
–¿Cómo es la recuperación?
–La recuperación es rápida. Suelo tapar el ojo al paciente unas horas, porque justo después de la operación no puede mover bien el ojo y se toca, pero no tiene molestias. A las 24 horas de la cirugía ya empieza a tener una visión muy aceptable y a los 4 o 5 días ya tienen un grado de recuperación importante. La mayoría de las cataratas se operan con un procedimiento que llamamos facoemulsificación, que deshacemos el cristalino dentro del ojo. En nuestro centro tenemos una cirugía aún más avanzada que combina la facoemulsificación y el uso del láser de femtosegundo. En los pacientes que se operan con este tipo de cirugía la recuperación es mucho más rápida y la exactitud de las maniobras es mucho mayor.
-¿Se emplean técnicas diferentes en función de las características de cada paciente y de su catarata?
-Claro. Hay pacientes a los que se puede operar con este láser de femtosegundo y otros a los que no, porque la pupila no dilate lo suficiente o porque tenga cicatrices corneales... La cirugía de la catarata es algo muy personalizado. Y no solamente porque le pongamos una lente trifocal y personalicemos el resultado visual que el paciente quiere, sino personalizado porque hay que planificar cuál es la cirugía idónea para ese ojo. Es decir, la cirugía hay que adaptarla al ojo de cada paciente. Y si el ojo tiene alguna patología previa hay que personalizarlo aún más. El éxito de la cirugía de cataratas es la personalización. Es decir, tú no ves allí una catarata más que vas a operar. Tú ves a un señor con determinadas características, que tiene una catarata y de todos los recursos que tienes hay que emplear los que son idóneos en ese caso.
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