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Manuel Ruiz explica que para operar la vesícula antes se hacía una raja de 12 centímetros, pero ahora se realiza con pequeñas incisiones Pedro J. Quero

Manuel Ruiz, jefe de Cirugía General y de Digestivo del Hospital Universitario HLA El Ángel

Cirugía sin cicatrices visibles
«Si hay piedras en la vesícula la tendencia es operar, incluso aunque no duela»

«La separación de músculos del abdomen que sufren algunas mujeres tras el embarazo ya se puede operar con mínimas incisiones»

Miércoles, 28 de mayo 2025, 00:15

La cirugía sin cicatrices visibles no es sólo una cuestión estética, sino que reduce el dolor y mejora la recuperación de los pacientes. Se trata de un campo amplio que engloba la laparoscopia, la minilaparoscopia y las intervenciones que se realizan a través de los orificios naturales del cuerpo. Manuel Ruiz, jefe de Cirugía General y del Aparato Digestivo del Hospital Universitario HLA El Ángel, explica que hasta hace poco a los pacientes que tenían piedras en la vesícula se les decía que si no molestaban no había que ir a cirugía. «Antes había que hacer un corte de 10 ó 12 centímetros, pero ahora la tendencia es indicar la operación, y con minilaparoscopia simplemente se hacen tres incisiones muy pequeñas».

–¿Qué es la cirugía sin cicatrices visibles?

–Es algo que nace a finales del siglo pasado con la idea de ir disminuyendo la cirugía que dejaba grandes cicatrices. Se pasó de la cirugía abierta a la laparoscopia y esto se ha ido desarrollando: se empezaron a extraer piezas de intestino o vesículas utilizando orificios naturales del cuerpo. Inicialmente, por la vagina, haciendo una pequeña incisión por dentro. Claro, que esto estaba limitado a mujeres y se vio que daba problemas funcionales de esas cicatrices porque podía ocasionar dolor. La idea es reducir y hacer menos visibles las cicatrices o esconderlas. Hay que individualizar cada caso, porque este tipo de intervenciones no se puede hacer todo en todos los pacientes. Si intentamos hacer una cirugía sin cicatrices en una vesícula y resulta que encontramos que está muy adherida, evidentemente lo primero es la seguridad del paciente, no el dejar más o menos cicatriz.

–¿Cuáles son las operaciones habituales que dejan una cicatriz bastante visible y que podría evitarse?

–El tiroides, por ejemplo, deja mucha cicatriz. Hace poco hubo una reunión nacional sobre una técnica en la que entrando por la axila se podía acceder al cuello, incluso por cirugía robótica o bien desde la boca, incluso haciendo punciones percutáneas para nódulos tiroideos. En el hospital está desarrollando estas técnicas el doctor Glückmann y en mama la doctora Scholz, con cirugía robótica. Estamos desarrollando ese tipo de cosas. En el abdomen la cicatriz más grande que se me ocurre es en una abdominoplastía (una intervención para quitar el faldón abdominal). Hoy día podemos hacer la reparación de la pared abdominal por unos tubitos con tres incisiones, pero para eso el paciente no puede tener demasiada piel sobrante, porque entonces no se puede quitar, pero sí que podemos disminuir mucho la cicatriz. Y en la cirugía de la vesícula pasamos de incisiones de 11 milímetros a 5, e incluso a 2,5 y a 2,4 milímetros.

–¿Esto tiene otras ventajas además de la estética?

–Sí. Deja menos cicatriz, produce menos dolor y también mejora recuperación de los pacientes.

–¿Cómo se ha evolucionado desde la laparoscopia a la minilaparoscopia?

–La minilaparoscopia se desarrolló hace unos 20 ó 30 años. Lo que pasa es que había que emplear un material muy fino que al principio no cumplía una serie de características. Además, no todos los pacientes se pueden beneficiar de ella. Ahora sí que disponemos de un material con las características técnicas precisas para hacerlo.

–Las operaciones para reducir el pliegue abdominal ¿Son también para personas que han tenido previamente una operación de cirugía bariátrica y tienen piel sobrante?

-Sí. Hay mucha gente que tiene un faldón porque ha perdido mucho peso. Hay mujeres que después del embarazo tienen un abdomen que no han conseguido reparar y tienen un exceso de piel o mujeres que después del embarazo tienen lo que llamamos una diástasis de recto, que consiste en que los músculos rectos del abdomen están un poquito separados y puede aparecer un bulto en el centro, que no es una hernia, que no genera complicaciones, pero que es molesto y antiestético. Entonces eso se puede reparar hoy en día con pequeñas incisiones, sin tener que levantar todo el faldón y sin tener que hacer una raja.

Cuando ocurre esto las pacientes van a fisioterapia primero y tratan de recuperar la pared abdominal. Y cuando que el fisioterapeuta ya no puede mejorarlo más el siguiente paso es cirugía. Esta intervención puede realizarse por laparoscopia y quedarían tres incisiones por debajo de la línea del biquini.

–¿Cuándo está indicada una operación de vesícula?

–Hasta hace bien poco decíamos a los pacientes que si tenían piedras en la vesícula, pero no les molestaban no había que ir a cirugía. En los últimos años la tendencia es a indicar cirugía si tienes piedras de vesícula. Obviamente, depende de las características del paciente. Antes, para operar la vesícula se abría una raja en el lado derecho de 10 ó 12 centímetros y muchas veces decíamos: Si no te molesta la vesícula, pues no te la quites y ya está. Pero con la cirugía laparoscópica y la minilaparoscopia ya no se hace esa raja, sino cuatro incisiones o tres incisiones muy pequeñitas, una de ellas que escondemos en el ombligo. Es una cirugía que hacemos muchísimo con muy pocas complicaciones. Es verdad que cuando las tiene las tiene serias, pero hacemos muchísimo la intervención de vesícula. Entonces, hoy en día yo creo que la tendencia es a indicar cirugía en las mejores condiciones.

–¿Para quién no estaría indicado la cirugía minilaparoscópica?

–Habría que ver cada caso, pero en general, se trata de que esa zona no haya tenido cirugías previas y que no haya una inflamación grande.

–¿Pueden operarse tumores digestivos por minilaparoscopia? 

–Puede emplearse en tumores digestivos, aunque no es la generalidad.

–¿Son las mujeres más usuarias o reclaman más este tipo de cirugía sin cicatrices visibles?  

–Bueno, hoy en día, más o menos igual.

–¿Hacia dónde va el futuro en este tipo de cirugía? 

-Pues básicamente, lo que ya en muchos sitios se está utilizando es una evolución del robot Da Vinci. Hay instrumental robótico que una vez dentro del abdomen se despliega y empieza a trabajar como si fuera una especie de robot por dentro. Ahora hay muchas cámaras que utilizamos que ofrecen una imagen 3D. El robot es una sensación de inmersión. Es como si estuvieras dentro del abdomen del paciente.

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