
Borja Valencia, neumólogo y jefe de Neumología de HM Hospitales en Málaga
«Al no hacerse un cribado muchos cánceres de pulmón se diagnostican tarde, cuando ya no hay una opción quirúrgica curativa»
La mejor forma de prevenir el cáncer de pulmón es no fumar y los neumólogos tienen claro que para combatirlo es imprescindible un diagnóstico precoz. «Es un tumor que muchas veces cuando da síntomas está muy avanzado, por eso los neumólogos hablamos de la necesidad de hacer un cribado en grandes fumadores, para diagnosticarlo pronto y que la cirugía sea curativa», explica Borja Valencia, neumólogo y jefe de Neumología de HM Hospitales en Málaga.
–El cáncer de pulmón es el tercero en incidencia en España ¿cuántos casos se producen?
–Cada año se diagnostican en España 29.000 pacientes con cáncer de pulmón y cada 20 minutos fallece una persona por esta causa.
–¿En qué estadío suele detectarse y cómo afecta esto al pronóstico de la enfermedad?
–Al carecer de momento de un screening como tal, pues en la gran mayoría de las ocasiones diagnosticamos tarde el cáncer de pulmón comparado con otras enfermedades. El objetivo es detectar el tumor lo antes posible para tener una opción quirúrgica curativa y disminuir la tasa tan alta de mortalidad de este tipo de cáncer. En general los tumores tienen estadios: 1, 2, 3 y 4. Y el 4 es cuando ya no está localizado solo en el pulmón, sino ha salido más allá y hay metástasis. En el 1 y el 2 vamos a la cirugía, y en el 3 depende, porque vamos dividiendo 3A, 3B... Ahí entra mucho el tratamiento de tipo más oncológico, de quimioterapia y de inmunoterapia.
–¿Por qué se detecta tan tarde?
–El problema es que cuando da síntomas muchas veces es muy tarde. Por eso hablamos de hacer un cribado, para intentar diagnosticarlo pronto.
–¿Cómo se diagnostica?
–Primero hay que ver los síntoma: una tos nueva y de larga duración, un esputo con contenido sanguinolento, un cansancio o una pérdida de peso que no se explica, falta de aire… Cuando eso ocurre si además es un paciente fumador o con antecedentes familiares hay que hacer un estudio diagnóstico. Habitualmente lo primero es una radiografía, pero ahí se nos pasan lesiones muy pequeñitas que podrían ser un cáncer de pulmón. La mejor prueba diagnóstica de inicio sería hacer un TAC de tórax y en función de lo que veamos podemos hacer otras pruebas para ver si está sólo en el pulmón o ha ido más allá.
–¿Qué es una broncoscopia y para qué sirve?
–Es una de las pruebas más frecuentes para diagnosticar un cáncer de pulmón. Si vemos una lesión en el TAC solemos hacer una broncoscopia. Con anestesia o sedación se introduce a través de la nariz o de la boca un tubo fino con una cámara que permite ir visualizando la tráquea y las ramas bronquiales. Y si dentro del bronquio vemos un tumor, podemos hacer una biopsia en la misma prueba. Pero a veces el tumor no está dentro del bronquio o el broncoscopio no tiene longitud suficiente para llegar a la lesión y hay que hacer una punción guiada.
–La ecobroncoscopia o EBUS es una nueva técnica de diagnóstico, ¿qué ventajas tiene?
–Tenemos la suerte de haber incorporado el EBUS en el grupo hospitalario de HM. Hasta ahora sólo lo tenía Quirón Marbella en toda la provincia. En la ecobroncoscopia, que se hace también con sedación moderada, introducimos por la boca un tubo con un diámetro un poco más ancho que tiene incorporado un ecógrafo y permite ver tumores dentro del bronquio que antes no podíamos ver y ver también el estado de los ganglios, que es importantísimo. Hace años, cuando no existía la ecobroncoscopia para acceder a los ganglios usábamos un broncoscopio convencional y nos dirigíamos más o menos donde pensábamos que estaba ese ganglio, esa adenopatía o ese tumor central, y, a ciegas, se cogía una muestra, pero sin visión. Con la ecobroncoscopia el procedimiento es seguro, vemos esa adenopatía o ese tumor de manera directa y podemos biopsiarlo. Así podemos determinar si hay ganglios afectados, en qué estadío está el tumor y si es operable.
–¿Los cigarrillos electrónicos son igual de malos que el tabaco?
–La industria tabaquera está detrás de la financiación de los cigarrillos electrónicos y, evidentemente son malos, igual que las cachimbas y todos los productos derivados del tabaco, pero llevan menos tiempo que el tabaco y no le podemos poner número de momento, aunque sí sabemos que causan muchas enfermedades respiratorias. La población tiene que tener muy claro que cigarrillos convencionales, no, y cigarrillos electrónicos, tampoco.
– ¿Cuándo empieza a bajar el riesgo de cáncer de pulmón en un gran ex fumador?
–El beneficio de dejar de fumar es inmediato en muchas cosas: mejoran el olfato, el gusto, la piel, el control de la tensión arterial… El riesgo de cáncer de pulmón lo vamos a tener siempre, pero se estima que a partir de 10-15 años ya empieza a disminuir y a acercarse al de una persona que no ha fumado nunca. Siempre tendrá más riesgo que un no fumador, pero nunca es tarde y, cuanto antes lo dejemos, mejor.
–¿Sería recomendable hacer un cribado a determinadas personas: grandes fumadores y exfumadores?
–Los métodos diagnósticos son fundamentales, pero lo más importante es la prevención y para eso, por supuesto, lo mejor es no fumar. Y luego habría que intentar hacer un screening para tener un diagnóstico precoz y que el paciente se pueda operar y curarse. Existe un estudio a nivel nacional guiado por la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) y otras sociedades que se llama Proyecto Casandra, que intenta crear un método de screening a nivel nacional y a nivel público, no sólo privado, para detectar qué pacientes tienen más riesgo de tener un cáncer de pulmón. Hablamos de personas de entre 50 y 75 años, que ya sería una edad en la que tendríamos que tener en cuenta esto. El perfil del paciente sería un fumador de un paquete al día durante 20 años o más, o que ha sido exfumador de una cantidad similar de tabaco y lleve menos de 15 años sin fumar. Y también habría que tener en cuenta a aquellos pacientes que ya están diagnosticados de alguna enfermedad pulmonar, concretamente la EPOC (Enfermedad pulmonar obstructiva crónica). Y más aún si hay enfisema. Un paciente fumador con EPOC y si tiene enfisema, entre 50 y 75 años, lo idóneo es hacerle un screening. Y no con una radiografía, sino con un TAC de tórax cada año, a ser posible, evidentemente, de baja radiación.
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