Sandra Toro, médica estética de la clínica Doctor Antonio Burgos

Nuevos tratamientos para la flacidez

«La flacidez es lo que más nos cambia el rostro y lo que más notamos al envejecer»

–¿Es más fácil prevenir los signos de la edad que corregirlos?

–Es mucho más fácil la prevención: hacer cosas sutiles sin que haya un cambio brusco y sin que nadie nos note nada. Una vez que ya tenemos los signos de envejecimiento, si queremos corregirlos, el cambio va a ser mucho más brusco. Mantenerse y que el paso de los años se note lo menos posible es la belleza a la que todo el mundo aspira.

–¿A qué edad habría que empezar con tratamientos para eso?

–A partir de los 25 años la capacidad de generar colágeno empieza a disminuir, pero depende también del estilo de vida que llevemos, del sol, de si fumamos o del tipo de alimentación. Para prevenir la flacidez, lo ideal sería empezar a partir de los 30.

–Antes oíamos hablar mucho de arrugas. ¿Preguntan ahora más por la flacidez?

–Arrugas, flacidez y manchas son las tres cosas por las que más se pregunta en consulta. Lo que pasa es que la flacidez es lo que más notamos, lo que más nos cambia el rostro. Los tejidos van descendiendo y en lugar de tener una línea mandibular recta empezamos a notar cambios en el contorno facial. Pasamos de tener una cara más triangular a que sea más cuadrada. Por eso a la vista lo que más nos molesta es la flacidez.

–¿Qué ha cambiado en lo que piden los pacientes de una clínica estética en los últimos años?

–Los jóvenes piden resaltar un labio, modelar una nariz, proyectar un mentón… dar más estructura a la cara y ensalzar ciertos puntos. Y en personas mayores: corregir la flacidez, unificar el tono y dar luminosidad de la piel. Lo que sí piden a todas las edades es naturalidad. Antes se utilizaban productos que eran permanentes y no eran tan naturales y ahora la gente tiene miedo a eso. Y lo primero que piden es que no se note.

–¿Cuáles son los tratamientos tradicionales para la flacidez y la pérdida de firmeza?

–Se siguen usando sobre todo los bioestimuladores. El plasma rico en plaquetas y los hilos tensores también se utilizan mucho para mejorar la firmeza. Pero cada vez más se emplea más aparatología. Por ejemplo, un Endolift, que sería un láser de diódo que induce la producción de colágeno al estimular el fibroblasto. Además, tiene un efecto térmico que contrae el tejido y mejora la flacidez. Una radiofrecuencia fraccionada también sería un buen ejemplo de aparatología para trabajar la flacidez.

–¿El Endolift es uno de los tratamientos nuevos? ¿Qué ventajas tiene?

-La principal ventaja del Endolift frente a tratamientos tradicionales es, para empezar, que es mínimamente invasivo. No introducimos nada dentro de los tejidos que cree un residuo, porque en los bioestimuladores, al final, inyectamos un relleno. y eso siempre puede dejar un residuo. Con el Endolift lo que hacemos es calentar los tejidos con un láser diodo. Es una fibra óptica que se introduce en capas profundas de la piel y estimula el fibroblasto, que produce colágeno y retrae los tejidos con el efecto térmico. Además, al calentar las células de grasa, va a romper esa célula y va a licuar, por así decirlo, la grasa. Entonces, también nos ayuda mucho a tratar pequeños acúmulos grasos.

–¿Los rellenos y los hilos tensores se reabsorben?

–Generalmente son reabsorbibles, pero se ha visto que no son del todo reabsorbibles. Por lo tanto, siempre van a dejar una huella estética. La huella estética puede ser positiva cuando colocamos, por ejemplo, un relleno con ácido hialurónico en el sitio adecuado y con una técnica adecuada. El residuo que nos queda va a hacer que, con el paso del tiempo, necesitemos menos relleno y con un retoque, con menor cantidad que la primera vez, tengamos el mismo resultado. Pero también hay una huella estética negativa. Esas caras que están demasiado infladas o que pierden muchas veces la forma natural de gesticular . El Endolift, al ser un láser, lo único que va a hacer es trabajar sobre nuestro propio tejido y estimularlo. Por lo tanto, nuestras facciones, nuestra forma de gesticular se mantienen. El volumen va a cambiar si el objetivo es quitar grasa. Si nuestro objetivo es reafirmar no nos va a cambiar el volumen de la cara.

–¿En qué consiste el tratamiento con Endolift?

–Primero hay que ver si es candidato al tratamiento. Comprobar la calidad de la piel y sus expectativas para ver si concuerdan con el resultado. Dura entre 30 minutos y una hora, y es indoloro porque se hace con anestesia local.

–¿Por qué se descarta a algunos pacientes?

–Tenemos que ver qué grado de flacidez tienen. Y si lo que quieren es reducir grasa cúanta plantean eliminar. Es idóneo para personas con un grado de flacidez leve o moderado que quieren mejorar sin tener que pasar por un posoperatorio que les haga tener una baja laboral y social, ya que esto no requiere incisiones ni puntos de sutura. Y también nos ayuda a eliminar acúmulos grasos en pacientes que tengan un poco de papada, cartucheras o esa grasa que se instala en el vientre y no se va por mucho que hagan dieta y ejercicio. Incluso en las bolsas bajo los ojos, aunque hay que evaluar primero la calidad de la piel de la ojera, porque no siempre se puede hacer.

- ¿Al día siguiente tienen rojeces o hematomas?

-Al día siguiente el paciente tendrá un poco de inflamación, aunque no muy llamativa, que se le pasará en uno o dos días. Puede tener algo de enrojecimiento en la cara e, incluso, algún hematoma. Aunque lo bueno es que al ser un láser, muchas veces reduce el tamaño del hematoma y generalmente suelen ser cosas muy, muy pequeñas.

–Y los efectos estéticos positivos, ¿cuándo se notan?

–El cambio estético positivo lo notamos al instante, Los tejidos se contraen por el efecto térmico y notamos una mejoría de la firmeza y una retracción. Además, a los 3-6 meses, vamos a notar una mejora tanto en la firmeza como en la calidad de la piel. Al ser progresivo el cambio no es tan brusco y eso también el paciente lo agradece, porque muchas veces eso es precisamente lo que buscan.

–¿Hay que repetir alguna sesión para mantener esos efectos? ¿Son acumulativos?

–Generalmente duran entre uno y tres años. Depende de si fumamos, si tomamos el sol, si tenemos una alimentación saludable, de la calidad de piel que tengamos antes de realizar este tratamiento y del propio avance natural del envejecimiento, que aunque nos hagamos tratamientos sigue su curso.

–Alguien que, por ejemplo, tenga un poco de papada y pérdida de firmeza, ¿se podría actuar sobre esos dos puntos en la misma sesión?

–Lo bueno que tiene Endolift es esto. Con el mismo aparato podemos ir manejando las potencias que usamos. Primero podemos actuar directamente en la grasa y luego trabajar un poquito más la firmeza piel. Lo mismo con la celulitis. Lo que hacemos es trabajar la grasa. También es muy bueno, por ejemplo, para marcas de acné. En estos hundimientos que notamos en la piel, lo que hacemos es pasar el Endolift justo debajo de la piel para hacer una subcisión, es decir, romper esos tractos fibrosos que hacen que la piel esté hundida y generamos colágeno. Si además lo combinamos con un láser CO2 ablativo fraccionado, que va a quemar de una forma controlada esa cicatriz, vamos a obtener un resultado magnífico.

–Además de Endolift, ¿cuáles son sus tres tratamientos preferidos para mejorar los signos de la edad?

–Un neuromodulador para relajar la musculatura y la expresión facial para evitar que salgan esas arrugas y dar un efecto de frescura al rostro. Luego, un tratamiento para unificar un poquito el tono de la piel y quitar las manchas, que puede ser una luz pulsada, por ejemplo. Y también, inducir colágeno. Ya sea con el Endolift o con un inductor de colágeno tradicional. Unos van a tener un efecto más intenso y otros un efecto un poquito más leve, pero sobre todo es inducir colágeno, neuromoduladores y tener una piel con un tono unificado y luminoso.