Rajoy: «El anuncio se ha producido sin contraprestación política»

Un posicionamiento que rompe de manera abrupta con la tesis que defienden otros pesos pasados como el ex presidente del Gobierno, José María Aznar, que hace dos semanas en la convención nacional del PP; acusó al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero de «suplicar el fin de ETA» para «justificar de esta manera «la colección de cesiones» que, a juicio de Aznar, le estaba «regalando» el Ejecutivo a ETA.

Un convencimiento que también comparten Jaime Mayor Oreja, portavoz del PP en el Parlamento Europeo, o el también eurodiputado Carlos Iturgaiz, ex presidente del PP vasco, que en contra de lo expuesto por Rajoy indicó sin vacilar que con este nuevo paso, «ETA paga al Gobierno en la negociación que ha mantenido con Zapatero».

Iturgaiz, además, hizo una lectura electoral y no duda de que Rubalcaba sale favorecido frente al PP. Esperanza Aguirre, en menor medida, también incidió en que este no es el comunicado que quería el PP porque ETA «ni entrega las armas ni se disuelve».

Rajoy, sin inmutarse ante la presión de parte de los suyos, ha impuesto el tono moderado del discurso con el que quiere llegar a la Moncloa. De hecho, hasta este histórico 20 de octubre, el líder del PP se había mostrado firme en su decisión de rechazar e ignorar cualquier comunicado de ETA que no adelantase «su disolución y el fin del terrorismo».

Sin embargo, Rajoy, en una alocución alejada de cualquier beligerancia, marcó la nueva hoja de ruta del PP en relación al terrorismo. «Después de haber causado tanto sufrimiento y dolor a tantas personas inocentes es una buena noticia -término que empleó hasta en cuatro ocasiones durante su alocución- saber que ETA haya renunciado por fin a imponer su proyecto político a través de la muerte, el miedo, la violencia y la exclusión».

Las víctimas, referencia moral

Rajoy, en un gesto que puede interpretarse como conciliador hacia los más críticos con su mesura tras este comunicado, insistió en que la tranquilidad «sólo será completa cuando se produzca la resolución irreversible de ETA y su completo desmantelamiento».

Pero el presidente del PP da por derrotada sin paliativos a la banda terrorista vasca. Un logro que se ha conseguido, recalcó, por la «fortaleza del Estado de derecho y la fe en la democracia de todos os españoles». Un mérito que quiso conceder sin distinciones «al esfuerzo sucesivo de todos los gobiernos que han actuado bajo el amparo de la ley». Donde Rajoy no cambió ni un ápice su discurso es en relación a las víctimas a las que atribuyó el papel de «referente moral de nuestra democracia».

El cambio de postura se hizo más evidente cuando se congratuló de que el anuncio de ETA se había producido «sin ningún tipo de concesión política». Citó de manera expresa a «todas esas personas inocentes cuyas vidas quedaron destruidas». Destacó, sobre todo, que las víctimas «nunca perdieron la confianza» en la ley, la justicia y en las fuerzas de seguridad. «Gracias a eso podemos recibir esta noticia», remachó. Rajoy tampoco olvidó el «enorme tributo de sangre» realizado por la Policía Nacional y la Guardia Civil «que han actuado con una eficacia ejemplarmente democrática» ni de la labor «determinante» de jueces y fiscales.