El pueblo malagueño que tiene un castillo escondido y una taberna subterránea

Pero como todos los pueblos del interior tiene sus secretos y su magia en su interior. Lo descubren muchos de los viajeros que se adentran en sus calles y descubren rincones insólitos y lugares con historias sorprendentes. Más allá de las fachadas de muchas casas, que se conservan como hace muchas décadas, Yunquera es uno de los municipios que puede presumir de haber tenido castillo.

El viajero no encontrará apenas vestigios, pero lo intuirá si se mueve en el entorno de la majestuosa parroquia de la Encarnación. Allí hay reminiscencias de una importante fortaleza, de la que apenas quedan algunos restos de murallas.

La fortaleza estaba asegurada en parte por la actual calle del Seminarista Duarte y tuvo una de sus entradas principales en el extremo que daba al camino de Tolox, que se conoce ahora como la Puerta del Jandaque. El enclave tenía un importante valor estratégico y así lo supieron ver los romanos, quienes asentaron allí la primitiva Juncaira.

Ampliar

No habrá que confundir esta antigua fortaleza medieval con lo que popularmente se llama en Yunquera 'El Castillo'. En lugar de una fortaleza, como parece indicar su denominación local, se trata de una torre vigía situada a medio kilómetro del casco antiguo. En concreto, se encuentra en la entrada del casco urbano y es uno de los lugares idóneos para llevarse una bonita panorámica del conjunto de casas que componen esta localidad de la Sierra de las Nieves.

Muy restaurada, funcionó como torre vigía y llama la atención por su estructura troncocónica, casi cilíndrica, que tiene unos densos muros de mampostería. Actualmente, esta atalaya, que es Bien de Interés Cultural, es uno de los símbolos de este pueblo.

Hay quien lo primero que piensa es que se trata de una de tantas torres que se construyeron en época andalusí, pero ésta es mucho más reciente. En concreto, se levantó originalmente a principios del siglo XIX. Fue, de hecho, de gran importancia para la vigilancia durante la Guerra de la Independencia.

Después llegó a servir incluso de cárcel, hasta que finalmente se abandonó durante décadas. En la actualidad lo que se ve allí es la restauración que se hizo en la pasada década de los año noventa.

Otra de las curiosidades de las que puede presumir Yunquera se encontró bajo el suelo. Se conoce como la Bodega del Porfín y es una atípica taberna que funciona desde hace un par de décadas, aunque su estructura tiene siglos. Fue el sorprendente hallazgo que tuvo Antonio López cuando quiso ampliar su vivienda en la calle Agua.

Ampliar

Encontró un auténtico tesoro arquitectónico, dos habitaciones abovedadas a las que se les calcula al menos dos siglos de antigüedad. Este sótano albergaba bajo tierra lo que podrían haber sido dos almacenes para el vino, abandonados quizás a su suerte, por un propietario anterior tras la dañina plaga de la filoxera. Hoy precisamente vuelve a guardar una estrecha relación con el vino, ya que allí se sirve un mosto de elaboración propia gracias a los hijos de Antonio, ya fallecido.

Al final de esa calle, casi al salir del casco urbano, también sorprende la estructura del Molino de los Patos, un antiguo acueducto que fue de gran importancia para este pueblo y para el riego de las muchas huertas cercanas.

No muy lejos de allí, en una antigua casa solariega hay un interesante museo etnográfico y artístico del pintor Francisco Sola. Entre otras piezas, lo más sorprendente es un documento de 1741, firmado en Sevilla, que se refiere a la procedencia de una reliquia de Cristo. En concreto, alude a una espina de la corona con la que fue crucificado. El documento acredita la procedencia de esta reliquia, si bien ésta se encuentra fuera del museo, ya que pertenece a la viuda del pintor.