El pueblo que pudo desaparecer porque se deslizaba sobre la tierra

Tras unas abundantes lluvias en el entorno, el pueblo comenzó a deslizarse. Un corrimiento que provocó grietas en muchas casas del pueblo. Tuvo que pasar casi una década para atajar ese corrimiento de tierras lento, pero preocupante, que podría haber acabado con el fin del actual núcleo urbano, que no de un pueblo con sentimiento de municipio desde hace más de un siglo. Como localidad emancipada de Antequera lo es desde hace más de una década y media.

Su trazado se antoja relativamente joven, pero Villanueva de la Concepción es un territorio con mucha historia. Quizás no tanto con esa denominación actual, pero sí con la de enclaves históricos como Oscua o Jévar. Cabe recordar que más allá de distintos hallazgos del Neolítico, sobresale la población íbera denominada Osqva, que más tarde pasaría a estar bajo dominio romano. De esos primeros pobladores autóctonos hay constancia gracias a varios hallazgos arqueológicos.

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El más importante de los últimos años es seguramente la escultura de un león íbero hallada casualmente hace tan sólo unos meses en unas tierras de un vecino de la localidad.

Aunque oficialmente esté en el término municipal de Antequera, otro enclave importante relacionado con la historia del territorio villanovense es el castillo de Jévar. Hoy muy deteriorado, este bastión fue fundamental en la defensa de la ciudad de los Dólmenes a principios del siglo XV.

Pero, más allá de esos dos precedentes históricos, Villanueva de la Concepción es un municipio conocido por conservar estructuras de uno de los itinerarios históricos que unían a la ciudad de Málaga con Antequera. Se trata de los puentes mandados a construir en el siglo XVIII en época de Carlos III para reforzar el conocido como Camino Real.

En concreto, hoy se conservan tres puentes. Son los del Horcajo, del Paraíso y del Garrayo (también llamado el de los Siete Ojos). El primero de ellos es el más fácil de visitar, ya que todavía por ahí pasa la carretera que une al pueblo con Casabermeja o Almogía. Es un lugar idóneo para detenerse y comprobar la situación estratégica del pueblo, ubicado tan sólo unos metros más arriba, con el telón de fondo del Torcal.

De hecho, hoy Villanueva de la Concepción ofrece dos senderos que permiten aproximarse a este paraje natural. Uno es el que se homologó hace tres años y permite hacer una subida por la ladera hasta llegar al centro de visitantes de este complejo kárstico. A él hay que añadir otro menos conocido, que forma parte hoy del Camino Mozárabe de Málaga. Se trata del sendero de la Escaleruela, que parte del cortijo de la Torre, una barriada de Villanueva de la Concepción y llega hasta un enclave que, en su día, fue una auténtica aduana entre los territorios cristiano y andalusí.

En ese mismo itinerario jacobeo, Villanueva de la Concepción no sólo llega a enlazar con Antequera a través de la Escaleruela del Torcal, sino que también se une por otra etapa al pueblo vecino de Almogía, en un recorrido que, en parte, va por el antiguo Camino Real de Carlos III.

Además de éstos y otros senderos locales, Villanueva de la Concepción ofrece también otros atractivos. Así, merece la pena conocer dos de sus diseminados rurales más importantes, el de Pastelero y el de Santa María del Cerro, ambos situados al oeste.

La primera de ellas es una barriada centenaria que está en el camino hacia Almogía y que puede presumir de conservar dos ventas tradicionales que ofrecen una carta con una buena relación calidad precio e incluso de una panadería artesanal. Por su parte, Santa María del Cerro es un grupo de casas muy dispersas donde se encuentra una quesería artesanal de cabra malagueña, que hace productos lácteos excelsos.