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Maragatería, una comarca para perderse entre pueblos de ensueño

Maragatería, una comarca para perderse entre pueblos de ensueño

La provincia de León tiene la suerte de albergar una de las regiones con más solera e historia de toda la Península Ibérica

Álvaro Romero

Jueves, 24 de enero 2019, 12:00

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La histórica comarca de la Maragatería se sitúa al suroeste de la provincia de León, siendo la única región española que adopta el nombre de sus habitantes, los maragatos. Una comunidad que surgió hace cinco siglos y que contribuyó de manera fundamental al desarrollo de la zona, lugar donde comerciantes y mercaderes campaban a sus anchas controlando el peso económico de la zona. Su localización era pieza clave para ello, intercedía en varias de las rutas comerciales más importantes de la Península Ibérica, caminos que unían el centro con el norte y las tierras del este con las del oeste.

La Maragatería es una región tan misteriosa como fascinante. Costumbres ancestrales que aún se conservan se mezclan con ritos y tradiciones que fortalecen la impresionante riqueza etnográfica que allí habita. Entre sus atractivos más importantes destaca la arquitectura popular, viviendas que se levantaron teniendo en cuenta el antiguo oficio de la arriería, frecuente sobre todo entre los siglos XVI y XIX.

Un trabajo, el de la arriería, que fue sustento económico para más del 20% de su población durante años. Consistía en el transporte de productos de todo tipo, en especial entre Galicia y Madrid. De camino al centro del país llegaban con pescados, salazones y mariscos de la costa Gallega, mientras en el viaje de vuelta transportaban tejidos, vino o harina.

La otra actividad importante a nivel económico fue la artesanía de textiles, los locales trabajaban los tejidos como nadie, en especial la lana. Un oficio que fue pasando de generación en generación y que aún a día de hoy se puede ver en directo entre las angostas callejuelas de sus pueblecitos, unos rincones que luchan por mantener la tradición y enseñar su importante pasado a todos los turistas que hasta allí se acercan.

Astorga, emblema leonés

La monumental ciudad de Astorga está considerada como la capital de la comarca, además de ser uno de los municipios más conocidos y emblemáticos de la provincia de León. Histórico cruce de caminos, la antigua Asturica Augusta en época romana, formaba parte de dos de las rutas comerciales y religiosas más importantes de la Península Ibérica, la Vía de la Plata y el Camino de Santiago.

Cargada de cultura e historia, Astorga fue construida a lo largo de más de 2.000 años a base de la influencia de los diferentes pueblos que por allí pasaron. Se puede comprobar en su patrimonio, el estilo arquitectónico y la deliciosa gastronomía. Construcciones romanas conviven con edificios de claro corte medieval y otros mucho más modernos. Esta diversidad genera un impactante contraste.

El recinto amurallado conserva iglesias, conventos y hospitales que trasladan al viajero a la más pura tradición jacobea. Destacan el Palacio Episcopal de Antonio Gaudí, la Catedral de Santa María y la Plaza de España, que alberga el edificio del Ayuntamiento.

Vida rural, el alma de la Maragatería

El atractivo de estas tierras lo completan sus peculiares pueblecitos, pequeños núcleos urbanos que encajan perfectamente con los alrededores. Castrillo de Polvazares es uno de los más bellos y pintorescos, además conserva a la perfección decenas de ejemplos de arquitectura popular, por todo ello fue declarado Conjunto Histórico- Artístico.

Santa Colomba de Somoza, es otra de las localidades importantes, sigue la misma línea arquitectónica, casas arrieras con enormes portones que dan acceso a bonitos patrios interiores. Tiene la suerte de formar parte del Camino de Santiago y albergar el Museo Casa Maragata.

Lucillo, con sus petroglifos y la iglesia de San Martín; Luyego y la iglesia de San Esteban o Santiago Millas con la ermita del Santo Cristo forman parte también de las localidades más relevantes. Todas ellas tienen la piedra como elemento común, muestran calles anárquicas que yacen flanqueadas por antiguas fachadas.

Cocido Maragato

La gastronomía se convierte en arte en estas tierras. Su plato más conocido es el cocido maragato, guiso tradicional que curiosamente se sirve de manera inversa, primero la carne, después la verdura y por último la sopa. Se elabora a base de garbanzos, repollo, patatas y hasta siete tipos de carne diferente. Una receta tan contundente como deliciosa que ayuda, en tiempos de frío, a entrar en calor.

La actividad comercial y arriera posibilitó la llegada de todo tipo de productos, incluso aquellos procedentes del mar. Se empezaron a trabajar manjares como el bacalao, el pulpo o el congrio. Todo ello sin olvidar la deliciosa cecina de vacuno y productos de la tierra como setas de temporada o miel, ingredientes que enriquecen aún más su impecable gastronomía.

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