Nueve ventas para disfrutar este otoño en Málaga (una por comarca)

Carnes a la brisa, potajes, migas y otros guisos son algunos de los contundentes platos estrella que se pueden comer en estos restaurantes, situados normalmente a pie de carretera, con décadas e incluso siglos de tradición en algunos casos.

Éstas son nueve ventas idóneas para disfrutar este otoño en Málaga. Una por cada comarca.

Entre Cortes de la Frontera y Algatocín, pero en el término municipal de la segunda localidad, se encuentra uno de los establecimientos con más solera de la Serranía de Ronda. Es conocida por muchos motivos. Entre ellos su antigüedad, con casi ocho décadas de historia. O también la existencia de un antiguo molino, que es un verdadero museo etnográfico, con piezas y herramientas que en otra época eran fundamentales para la vida cotidiana. Además, hoy es conocida por su selección de carnes para hacer a la brasa. Entre ellas muchas de ternera y de buey maduradas de distintas procedencias. Para regar éstas y otras viandas no faltan vinos de calidad. En este restaurante presumen de tener en torno a 120 referencias distintas en su particular bodega. Conviene llamar para reservar, ya que, además, no abren todos los días.

Aunque el pueblo de Valle de Abdalajís es vecino del de Antequera, oficialmente pertenece a la comarca del Guadalhorce, donde tiene una fuerte competencia. Eso sí, en esta venta, regentada por la familia Rosa, saben muy bien lo que hacen. Dan prioridad a los productos de temporada y al recetario tradicional. Por eso, en este otoño los comensales podrán encontrar potajes y guisos de hoy y de siempre o migas acompañadas de naranjas y de granadas de la zona. Como buenos amantes de la cocina más arraigada, allí no falta tampoco el chivo lechal malagueño. Adherido a Sabor a Málaga, colaborador de la Gran Senda de Málaga y con muchos premios por su trayectoria y su cuidada carta, este establecimiento es una buena excusa para visitar Valle de Abdalajís.

En el núcleo antequerano de Los Llanos, se encuentra esta pequeña y acogedora venta, situada junto a la A-92, aunque no cuenta con un acceso directo desde la autovía (hay que dar un pequeño rodeo). Eso sí, para disfrutar de su carta tradicional merecería la pena hasta hacer un laberinto antes de llegar. Allí aguarda un repertorio culinario en el que no faltan platos de Antequera y su comarca, pero tampoco otros muy arraigados en buena parte de toda Andalucía. Además de lo que se ofrece en carta, en otoño fuera de carta se pueden probar potajes de alubias y garbanzos, albóndgias con tomate, guisado de patas, carne en salsa, conejo al ajillo, cocido -con su pringá-, pisto con huevo frito o carrillada en salsa, entre otras opciones. Conviene llamar antes para reservar.

Junto al casco urbano de El Burgo, con una vista privilegiada al río Turón se encuentra esta conocida venta de la Sierra de las Nieves, que tras un paréntesis en el tiempo, reabrió sus puertas con nuevos bríos en 2019. Su especialidad, como antaño, siguen siendo las carnes a las brasas, que se pueden comer tanto en su salón como en su amplia terraza. Eso sí, también ofrecen otros platos para carnívoros que son especialmente tentadores, como el cachopo, el rabo de toro, la carrilada al vino tinto, el pollo en salsa a la naranja o el codillo asado. Entre sus platos estrella, está su parrillada ibérica para dos personas.

Junto al casco urbano de Villanueva del Trabuco, aguarda otra venta en la que están especializados en platos de carne (cerdo, ternera, cordero y chivo, sobre todo), pero también en otros platos contundentes idóneos para el otoño o el invierno, como las migas, los callos con garbanzos, el choto al ajillo o la zarzuela de mariscos, entre otros. Además de la buena relación calidad precio, en este establecimiento pueden presumir de generosas raciones. Gracias a ello lo difícil es que un comensal no salga de allí bien saciado.

A pesar del trágico incendio sufrido en Sierra Bermeja, esta venta, que se encuentra en el paraje natural de Los Reales tiene abiertas sus puertas desde los últimos días de septiembre. Afortunadamente, los que conocen este auténtico refugio gastronómico y paisajístico podrán seguir yendo a disfrutar de sus platos caseros. En otoño, además de las carnes que allí se preparan también será un aliciente las distintas setas de temporada que son especialidad de la casa, como los níscalos. Las vistas panorámicas que se tienen de parte de este valioso pinsapar y de la franja más occidental de la Costa del Sol Occidental es otro de los atractivos de esta venta situada a un paso de la cima de Los Reales.

Situada en la aldea de Los Romanes, justo donde comienza el camino que lleva a la Torre Atalaya, se encuentra esta venta de la Axarquía, que por su elevación es un lugar idóneo para contemplar el pantano de La Viñuela y su entorno, con el telón de fondo de la cumbre de La Maroma. Pero, sólo con las vistas no se come, así que allí tienen una cuidada carta en la que hay donde elegir, con generosos platos de carne, como entrecotes, chuletones y solomillos. A ello hay que unir otras opciones de pescado e incluso vegetarianas. Cuenta con una terraza con vistas al embalse y a Sierra Tejeda, pero también con un salón con amplias ventanas que permiten tener ese paisaje muy presente mientras se da buena cuenta de su carta.

Después de mucho tiempo cerrada y tras una amplia reforma, ha vuelto a reabrir sus puertas con bríos renovados esta venta clásica -se fundó en 1975-, situada ahora junto a un cruce de caminos del Valle del Guadalteba. Por tanto, muchos de los que viajan por esta zona, entre la Serranía de Ronda, la Vega de Antequera y el Valle del Guadalhorce tienen una buena opción para tener un suculento desayuno, en el que no falta su clásico surtido de zurrapas. También es idóneo para quienes quieren tomar una buena tapa antes de almorzar. Y, por supuesto, una opción muy recomendable para quienes comer platos tradicionales, como potajes de garbanzos o berzas, ya sea en día laborable (en su menú diario) o en fines de semana y festivos (a la carta). Los carnívoros también encontrarán tentaciones en su codillo al horno o chuletón de ternera.

Aunque no es propiamente una comarca, sí que es una zona emblemática de la provincia. Los Montes de Málaga tienen una idiosincrasia propia, a pesar de ser una zona poco poblada. En la antigua carretera que va a Colmenar desde Fuente Olletas, aguardan algunas de las ventas más conocidas, como las de Carlos el del Mirador, El Detalle, El Mijeño o El Boticario, entre otras. Además de todas ésas, destaca por su solera la que tiene un nombre de origen extranjero, Galwey -aunque, en realidad, debería ser Galway-. Desde finales del siglo XIX, está abierto este restaurante, en el que hoy se pueden degustar platos arraigados en esta zona, como son las migas, el lomo en manteca y platos de los Montes. A esos platos hay que unir otros con carne de caza, que es una de sus especialidades. Allí se pueden probar, por ejemplo, el jabalí en salsa de almendras o un venado que se deshace en la boca. Cuenta en su interior con una chimenea para los días más fríos.