El fin del verano
Se agota agosto y tras el tornado llegan los exámenes
La feria se inició con el pregón y los fuegos artificiales y ha terminado con un tornado en Campillos. En la mitología infantil Campillos siempre ... se relacionaba con septiembre y hacía su agosto en agosto, cuando los estudiantes que durante el curso estaban en feria eran matriculados en un colegio de clausura. El domingo 1 de septiembre comienza el año nuevo y las bibliotecas han sustituido a las casetas. Los municipios costeros irán volviendo a la normalidad y multarán un poco menos, pues a la playa iremos los de siempre y encontraremos aparcamiento. Las redes sociales seguirán destilando mala baba y los simpáticos usuarios dejarán de compartir fotos de sus vacaciones y retomarán el día a día de sus hijos, que son un poco de todos. Algunos padres compartieron en junio las notas de sus hijos brillantes académicamente y los que tenían hijos brillantes en otras facetas de la vida no compartían las notas. Incluso algunos padres cuyos hijos obtuvieron todo sobresaliente no compartieron las notas. Algunos niños de inmaculado expediente son repelentes, pero otros no. Los hay incluso repelentes que después suspenden todo y ahora andarán pendientes del calendario. Agosto se acaba, el domingo empieza el año, y con el año llegan los exámenes. Las notas de septiembre no circulan tanto por las redes.
Las fotos y vídeos de cuatro de cada cinco bebés son compartidos diariamente por papá y mamá, que los aman y quieren que todos los amemos en un acto de generosidad extralimitada. Si tenemos suficiente con los nuestros. Los niños son muy bonitos cuando son chicos, menos los que lloran de noche. Se les quiere igual, o casi igual, pero son como menos bonitos. Ostras, que lloren, pero a media tarde. En cuanto dejan de llorar recuperan la belleza y entran unas ganas difíciles de aguantar de subir fotos a internet, pero ¿y si se pone a llorar al ver que los fotografiamos? Después llega septiembre y dos de cada tres matrimonios se separa. No es por las notas de los niños, es que el verano es un páramo difícil de gestionar. Estamos acostumbrados a ir cada uno a lo suyo y en verano hay que ir a lo nuestro. El tornado de Campillos ha matado 70 cabras. Uno tiene su pequeña ganadería y soporta el calor interior de agosto y de repente llega un tornado y se lleva tus cabras volando. Estamos a merced de los tornados, algunos sin una brizna de aire, tornados metafóricos. Los niños crecen y se convierten en otra cosa. Algunos se convierten en príncipes y otros en rana. Un chaval de 16 años ha sido detenido en Valencia por dirigir desde la azotea un láser a los pilotos de avión. La policía lo ha puesto a disposición de sus padres. Ese menor fue un bebé y ahora mira. Ya que subía a la azotea podría haber aprovechado para tender la colada, pero no creo. Ese niño está para mandarlo a Campillos, a la zona del tornado. Que el viento lo despeine, sólo un poco. Lo suficiente como para no querer subir a las redes ni un solo selfie. Que empiece el año con esos pelos.
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