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Turismo, matrimonio y crisis

El turismo y el matrimonio resisten a pesar de la crisis

Pablo Aranda

Málaga

Miércoles, 25 de septiembre 2019, 08:04

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La espera para casarse en el Registro Civil de Málaga supera ya los siete meses. Muchas parejas siguen preguntándose si te quieres casar conmigo pero, ... en caso de que la contraparte diga que bueno, les vale el juzgado, el ayuntamiento o la notaría. Casarse por la iglesia está quedando para los cristianos. Antes la mayoría de las parejas elegían la iglesia porque queda mejor casarte ante un Dios que aporta la rotundidad del rito y el escenario histórico de los lugares de culto, aunque no exista. En la notaría te dicen firme aquí, que en el fondo es de lo que se trata, y ya que cada cual lo celebre como Dios le dé a entender. Si la cosa no funciona separarse es fácil, aunque no tanto como para los musulmanes, que con repetir tres veces una palabra dan por rota la unión eterna. Roto el rito. A alguno se le puede escapar esa palabra en sueños, y tu pareja te despertará antes de la tercera vez; o no, según le convenga. No digo la palabra para que no la digáis en un calentón. Lo mejor de la celebración suele ser la luna de miel, a no ser que quiebre Thomas Cook. Thomas Cook era el gran turoperador británico pero que funcionaba con capital alemán y chino. El gobierno británico se opuso a prestarle una cantidad necesaria para quebrar un poco más adelante y ahora ha de costear la repatriación de seiscientos mil británicos por el mundo. Con las poblaciones tan envejecidas en occidente podría programarse una quiebra del Imserso cuando organicen viajes masivos al extranjero y los españoles volveríamos a ser jóvenes. Los jefes de la tribu siempre han sido mayores, pero con la modernidad la edad ha dejado de ser un grado y eso que nos perdemos. Eso y el billete de cinco euros que algunas abuelas dan a sus nietos. O el cobijo cuando la crisis. O quédate con los niños, mamá. El jefe de la tribu británica no gana para disgustos, ni el resto de la población. Vive en Downing Street con su novia y no se decide a casarse. Poco antes de llegar al poder, un vecino denunció una pelea entre Boris Johnson y su novia, a lo mejor Johnson trataba de convencerla de que se casase con él.

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