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Los ecos de Roma no se han apagado, y es que fue muy grande lo que se vivió en la capital de la Cristiandad, en ... el mismo Vaticano, donde la Esperanza y el Cachorro exhibieron su tremendo poderío.
Muchos de los malagueños (se calcula que cerca de 3.000) que acudieron al Jubileo de las Cofradías los días comprendidos entre el 14 y el 18 de este ya pasado mayo, aprovecharon la ocasión para visitar otros templos de la capital de Italia, y muchos se encontraron con la sorpresa de ver un magnífico cuadro de la Virgen de la Victoria, obra del gran Raúl Berzosa, que se venera en una de las capillas de Sant'Andrea delle Frate, la iglesia que alberga los famosos ángeles de Bernini.
Se trata de una edificación en la que, aunque ya existía en el siglo XI, se llevó a cabo una intensa reconstrucción entre los años 1653 y 1658, a manos del arquitecto Francesco Borromini capitaneando a los frailes Mínimos. En el interior, muy cerca de donde está la pintura de la Patrona malagueña, se conservan las citadas esculturas de Bernini: los ángeles que esculpió para el Puente de Sant'Angelo por encargo del Papa Clemente VIII, y que su sucesor, Clemente IX, decidió que eran demasiado bellos como para ser expuestos a la intemperie, por lo que se crearon unas copias para el puente, mientras que la pareja original de ángeles ('ángel con la corona de espinas' y 'ángel con el pergamino') permaneció en el taller de Bernini y finalmente fue legada a Sant'Andrea delle Fratte, donde se custodian. Esta iglesia, ubicada en el centro de Roma, y que es conocida popularmente como la del 'milagro de María', tiene otra gran coincidencia con el santuario malagueño donde se venera a la Patrona: su reconstrucción fue encargada a la Orden de los Mínimos de San Francisco de Paula a finales del siglo XVII. Entre los años 1653 y 1667. Como se sabe, la patrona de la Diócesis de Málaga tiene una estrecha relación con esta orden, a la que se le confió la custodia de la Virgen en 1493 por los Reyes Católicos, y desde entonces han fomentado y propagado su devoción. Igualmente, el Santuario de la Victoria fue construido por los Mínimos entre 1693 y 1700.
Cuentan (sin documentos que lo acrediten, aunque era una circunstancia habitual en la época) que tras la reconstrucción de la basílica romana entre 1660 y 1690, algunos de los frailes que participaron en su trabajo fueron enviados a Málaga para estudiar y desarrollar el futuro Santuario de la Victoria, que se comenzaría a construir en 1693. Coincidencias: frailes Mínimos, Virgen de la Victoria, Roma, Málaga… Quién sabe. Sea como fuere, allí, en la capital de Italia, en el centro de la histórica ciudad, está y se venera a la Virgen de la Victoria malagueña de Berzosa.
Y si hemos empezado a hablar de Roma, nos vamos a los años 300 después de Cristo, a la Málaga romana, para hablar de 'El pez de barro', título de una novela histórica que narra la vida de Ciriaco y Paula en la Malaca del siglo III, en la que descubren el amor, la fe en Cristo y se enfrentan a la persecución religiosa ordenada por Diocleciano, personaje clave en la trama de la novela. La ficción histórica se data en el año 303 en una pujante ciudad, y explora los orígenes cristianos de Málaga.
De estilo ágil y profundo,'El pez de barro' ha sido escrito al alimón por Ana María Medina Heredia y Antonio Jesús Sánchez Reina, quienes hacen una importante aportación a lo que todos sabemos (o creemos saber) de quiénes son los patronos de Málaga, y cuya festividad se celebra en un 19 de junio que aún sigue siendo sorprendentemente laborable…
«A través de sus páginas el lector podrá pasear por la ciudad romana y nos encantaría que la Malaca que hay bajo nuestros pies, incluso a la vista en algunos puntos, nos ayude a amar más nuestra ciudad, nuestra historia, y a cuidarla para que nunca pierda su esencia: una ciudad habitable, que ama a todos, locales y visitantes, y les permite vivir en plenitud», señala Medina, quien agrega que ambos coautores «hemos compartido todo el proceso de escritura, de modo que cada párrafo es fruto de los dos. Aun así, es cierto que cada uno sintió más propio el personaje de su mismo sexo, Antonio a Ciriaco y yo a Paula». Habrá que comprarlo, porque el tema promete.
Málaga tiene muchos vecinos ilustres, pero uno de los más recientes es el gran tenor mejicano, de reconocida fama mundial, Javier Camarena, quien ha elegido 'la ciudad de moda' para vivir. Y está feliz. Y nos hará felices a los malagueños que este martes, a las 20 horas, en el Teatro Cervantes, vamos a tener la oportunidad de verlo en directo en un gran concierto, tras sus triunfos en Estados Unidos y Barcelona. Otro gran logro, sin duda, de la Málaga cultural. El título del recital, 'En casa...', lo dice todo. Camarena en el Cervantes... Otro lujo.
Terminamos con Medicina. Málaga ha vuelto a ser, por cuarto año consecutivo, sede del Congreso de la Sociedad Española de Láser Médico Quirúrgico, celebrado desde este pasado jueves y hasta ayer sábado en los salones del Hotel Barceló Vialia, y que ha estado organizado y presidido por el médico malagueño Fernando Urdiales, CEO de la Clínica Miramar, y profesional reconocido a nivel internacional, que ha sido fundamental en el hecho de que Málaga sea ya casi sede permanente de estas reuniones. Ha sido un fin de semana muy intenso de ponencias y trabajos, con presencia de 300 médicos especialistas, muchos de gran prestigio a nivel mundial, y la presencia de 25 casas comerciales. La conferencia inaugural corrió a cargo del cardiólogo Eduardo de Teresa, quien habló de un apasionante tema: 'La inteligencia artificial en Medicina. Dónde estamos y a dónde vamos'. En un congreso en el que sus asistentes están encantados con Málaga y lo bien que aquí combinan trabajo y ocio. Este tipo de congresos son los que los expertos consideran rentables para una ciudad, tanto por el nivel de sus participantes, como por su poder prescriptor, que la mejor publicidad (después de la de SUR, claro) es la del 'boca a boca'...
Nos vamos con el pesar de decirle adiós a un gran lector de estos Horizontes, un gran malagueño, Javier Higuera, un 'artista de la arquitectura', que llevó su estudio a numerosos países, donde dejó su impronta personal. Enamorado de su tierra, persona generosa y filantrópica como pocas (ahí queda su labor en pro de la lucha contra el cáncer y otras enfermedades graves), el sepelio de Javier Higuera el martes fue una gran manifestación de duelo, al igual que su misa funeral. Descanse en paz quien fue un buen amigo. Siempre se nos van los buenos...
A todos, un deseo: que sean felices, que el verano ya llegó...
Nos vamos con el pesar de decirle adiós a un gran lectrr de estos Horizontes, un gran malagueño, Javier Higuera, un 'artista de la arquitectura', que llevó su estudio a numerosos países, donde dejó su impronta personal. Enamorado de su tierra, persona generosa y filantrópica como pocas (ahí queda su labor en pro de la lucha contra el cáncer y otras enfermedades graves), el sepelio de Javier Higuera el martes fue una gran manifestación de duelo. Descanse en paz quien fue un buen amigo. Siempre se nos van los buenos...
A todos, un deseo, que sean felices, que el verano ya llegó...
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