Borrar
Sr. García .
CRUCE DE VÍAS

La queja constante

He llegado a la conclusión de que hay quienes viven apesadumbrados porque sí

Sábado, 10 de diciembre 2022, 00:10

Comenta

Mi amigo vive solo en una de esas ciudades que siempre quedan a trasmano, o vas a visitarlo o no lo ves nunca. Él tampoco ... hace nada por comunicarse con los demás. No se mueve ni da señales de vida. Lo llamo por teléfono y pregunto cómo está, responde con un resoplido de hartazgo. Me intereso por saber si sale de casa y ve a alguien. Dice que no y que, aparte de la llamada que yo le acabo de hacer, únicamente se acuerdan de él algunas viejas compañías. Le contesto que eso está bien y muestro interés por saber sus nombres para desvelar si son antiguas amigas. No le importa mencionarlas y las enumera de mala gana, como si fueran amistades peligrosas: Movistar, Endesa, Gas Natural. No le pregunto por la salud, porque no quiero revolver en su interior y escuchar el gruñido de los órganos. No se interesa por mí, como si el cambio climático nos afectara a todos por igual. Cuando dejo de hacer preguntas se queda en silencio. Nos ha pasado en otras ocasiones, yo me callo y él no dice nada hasta que vuelvo a romper el silencio. Lo imagino sentado con un libro delante, un libro cerrado. No tiene el suficiente entusiasmo para abrirlo y leer.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariosur La queja constante

La queja constante