Después de que PSOE y Ciudadanos hubieran lanzado una moción de censura para desbancar al PP de Murcia, Díaz Ayuso, para resguardarse de la onda ... expansiva, ha dimitido y ha convocado elecciones en Madrid. Aguado, su socio de gobierno, ha declarado su despecho tras la decisión unilateral de la presidenta: «no hay mayor traición que romper tu compromiso buscando excusas peregrinas».
Más peregrino y más traicionero, si cabe, es que quien defiende con más fervor en el hemiciclo la vuelta de la mili obligatoria sea el mismo que, prórroga tras prórroga, consiguió evitar en su día su propio servicio militar. Así se lo hizo notar el vicepresidente Iglesias al portavoz en el Congreso de VOX, partido que no sólo quiere reinstaurar la mili, sino también poner en marcha el pin parental o frenar la aprobación de la Ley Trans: «¿Sabe la diferencia entre Paca la Piraña y el señor Abascal? Paca la Piraña hizo la mili, señoría.» Pese al tufillo rancio que desprende que, para herir el orgullo de Abascal, Iglesias haya recurrido a presentar el servicio militar como el súmmum del patriotismo, la verdad es que su zasca se ha oído hasta en Marte.
Calviño, por su parte, no se ha enterado muy bien de la película y, ante la mención de la Piraña, ha preguntado a micro descubierto: «¿Paca qué?». A lo mejor, si convence a sus colegas socialistas para ver 'Veneno' juntos, dejan por fin de alinearse con la extrema derecha. A Paca, a quien le acaban de robar los dos vestidos carísimos que vistió en los Premios Feroz, que la menten los diputados le tira de un pie: «por alusiones os digo que los del Congreso me tocan el higo». Si Paca se presentase en Madrid, saldría presidenta. Aunque fuera por las risas.
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