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Pablo Aranda, la sonrisa que escribía

INTRUSO DEL NORTE ·

En su columna, Pablo era Pablo. Sometía al crisol de la coña los acontecimientos cotidianos que sucedían en la puñetera rue

Lunes, 3 de agosto 2020, 09:50

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Yo al primer Aranda lo conocí en Las Tinajas, cuando aún llevábamos en Málaga tizas y lapiceros y hasta los mostradores mostraban esa orgía de ... pipirrana y lomo envuelta en lechuga. Ese día, primavera avanzada del dosmilypoco, había empezado a escribir en prensa y ver a Pablo tuvo algo como pontifical y lírico. Andaban por ahí Félix Martín Carro y otro que no recuerdo. La cosa es que Pablo me dijo «bienvenido» y yo apuré el tubo con esa felicidad implícita de que implícitamente el maestro te haya dado el permiso o el pase pernocta para el Parnaso del papel diario e infartado.

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