NUNCA ES JORNADA RUTINARIA
Aunque la constitución de las corporaciones locales el quince de junio es algo que marca la actual legislación electoral, jornadas así nunca son rutinarias. Es ... fácil asegurar que cada una de ellas podría recibir el recurrente calificativo de 'histórica' porque, de cualquier manera, representan el comienzo de una nueva etapa que incide determinantemente en la historia de la ciudad, la que está formada por ciudadanos individuales que cada cuatro años son llamados a las urnas, aunque una alarmante y vergonzante multitud se muestran sordos ante la llamada y deciden que la cosa no va con ellos. La elevadísima abstención es también una de las asignaturas pendientes de Marbella. Este año es especial por la efeméride de los cuarenta años de los primeros ayuntamientos democráticos, surgidos en abril del setenta y nueve. Pero en Marbella -donde vivimos una segunda transición- podría conmemorarse el décimo segundo aniversario de la vuelta a la normalidad institucional en 2007. El sábado, 16 de junio, de aquel año la expectación fue máxima, con trascendencia más allá de nuestras fronteras locales, porque, tras un año de Comisión Gestora, emanada de algo tan inusual como la disolución de un ayuntamiento, comenzaba su andadura una corporación en la que el reparto de papeles de gobierno y oposición era consecuencia de la voluntad popular y no de moción y pactos sombríos con el agravante de nocturnidad. Gracias a la señal institucional en riguroso directo de la televisión pública RTV Marbella, la ciudadanía pudo estar «presente» en el salón de plenos, donde, dado el reducido habitáculo, fueron muy pocos los que pudieron estar físicamente. Tras la entrada de los ediles electos comenzó el acto que se había estimado en cuarenta y cinco minutos pero que sobrepasó la hora de duración. Se constituyó la mesa de edad formada por la histórica Marina Torres Cañavate y Manuel Cardeña, como concejal más joven en aquel momento. Marina Torres tiene el honor de haber inaugurado la lista de ediles femeninas en el consistorio marbellero, lo que sucedió en las elecciones de 1983, cuando el PSOE logró dieciséis concejales que permitieron a José Luis Rodríguez gobernar en mayoría. Otra mujer llegó también al ayuntamiento: Josefa Romero Sánchez. En aquella corporación del 83 figuraba José Mora Igeño, que repetía tras haber sido elegido en el 79; veintiocho años más tarde su sobrino, Ángel Mora, tendría responsabilidad de gobierno en el equipo de Ángeles Muñoz. También aparecía en la corporación de 2007 Santos Pedrazuela, hermano del fundador y líder del Grupo Independiente de Marbella, Francisco Pedrazuela Sánchez. Hasta aquel momento, contando desde 1901, cuarenta y cinco alcaldes y presidentes de comisión gestora, habían presidido el ayuntamiento y solamente dos mujeres, siendo María de los Ángeles Muñoz Oriol la primera elegida como cabeza de lista y candidata oficial de su partido. Pronunciaron discursos institucionales en 2007 Monterroso, Plata y Romero y una primera proclamación la alcaldesa Muñoz, donde contundentemente ofreció una disertación sobria, programática y de intenciones. Algunos detalles de los que no figurarán en los libros de historia: para seguir la tradición, el equipo de sonido del salón no funcionó adecuadamente y el aire acondicionado, escaso y poco eficaz dio protagonismo a la proliferación de abanicos genuinos e improvisados. Un joven podría haber dicho que en el salón de plenos reinó el buen rollito, con abundancia de besos, abrazos, apretones de manos, sonrisas y buen humor. El ofrecimiento generoso de lealtades mutuas, colaboración, pactos y arrimada colectivas de hombros para levantar a Marbella, fueron constantes. Enrique Monterroso pidió disculpas por tenerse que votar a sí mismo en solitario y reclamó un espacio para ejercer la oposición con dignidad. No quedó muy claro si se refería a un despacho. Paulino Plata se mostró ambiguo sobre el tiempo que iba a permanecer en Marbella; la estancia del candidato forzado fue un fugaz destello. El médico Antonio Eulalio Maíz Martín, a la hora de prometer el cargo, llamó al estatuto andaluz 'documento' y del resto de la fórmula se olvidó. En las indumentarias de los ediles predominó el tono blanco. Juramentos y promesas sobre Biblia y Constitución; todos eran constitucionales y unos más católicos que otros. Paco Zori cerró la lista de promesas por razones alfabéticas, aunque era de los más veteranos. Marina Torres, eficaz en su cometido, estuvo a punto, por un lapsus verbal, de entregar a Muñoz un 'balón de mando', en lugar del bastón reglamentario. El momento más previsible fue cuando Marina preguntó a Ángeles si quería aceptar el cargo de alcaldesa. La pregunta no sobraba exclusivamente porque así lo manda el protocolo. Este sábado, 15 de junio de 2019, se la volverán a formular. Esperemos que, tanto el sonido como el aire acondicionado, doce años después, no tengan ningún protagonismo.
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