La Málaga de moda necesita un cambio de mentalidad
Mucho se está hablando en las últimas semanas del problema que hay con la vivienda en Málaga. Los dos principales candidatos a dirigir la ciudad ... en los próximos cuatro años han presentado sus propuestas en este sentido y de hecho se ha convertido en el primer gran asunto de debate de la precampaña y que sin duda también inundará la campaña en sí. Este asunto hay que verlo con perspectiva para analizar qué está pasando en Málaga. La capital ha cambiado, de eso no cabe duda, por el potencial turístico que tiene y por la capacidad de atracción que posee para trabajadores del mundo tecnológico que pueden teletrabajar desde aquí. Cada vez se ven más niños guiris en los colegios públicos y privados de Málaga, lo que da idea de la gran cantidad de familias extranjeras que han decidido instalarse aquí. Este fenómeno sin duda encarece el precio de las viviendas, pues cada vez hay más ciudadanos con mayor poder adquisitivo. Y esto hay que asumirlo por la ley de la oferta y la demanda. El problema cuando se producen grandes cambios no son los cambios en sí, sino transformar la psicología de la gente, que siempre es lo más difícil.
Hay que asumir que los habitantes de Málaga no pueden vivir en los barrios de siempre a dos pasos de los trabajos. Simplemente porque eso es imposible. Si la capital va cogiendo hechuras de gran ciudad tenemos que tener la mentalidad que tienen los habitantes de las grandes ciudades.
En Madrid o Barcelona la gente tiene asumido que tiene que irse a vivir a municipios del área metropolitana, donde la vivienda es más barata, y son conscientes de que en miles de casos tienen que salir una hora antes de sus casas para llegar a tiempo a su lugar de trabajo. En Málaga por fortuna no se llega a estos extremos, pero a una parte importante de la ciudadanía le cuesta trabajo aún plantearse irse a vivir a sitios como Alhaurín de la Torre, Rincón de la Victoria o Cártama, pese a que están muy bien comunicados por carretera, lo que permite llegar a la capital en apenas 25 minutos. Sí, en apenas, porque en una ciudad grande ese tiempo es bastante aceptable. Eso es lo que hay que asumir. Incluso hay que ver de manera diferente a barrios de Málaga como el Puerto de la Torre o Campanillas, que es la zona donde debe ir la expansión de la capital. Para muchos malagueños Campanillas es prácticamente un pueblo del interior, pese a que está bastante bien comunicada.
Hay que asumir que no se puede vivir en los barrios de siempre. Hay que mirar al área metropolitana como ocurre en las grandes ciudades
El ejemplo en el que mirarse es Teatinos, que en los años ochenta se veía como una zona inhóspita y ahora se ha convertido en uno de los mejores barrios de la ciudad. Por eso, el problema de la vivienda para los malagueños no debe verse sólo en un contexto con las fronteras de la capital. Es la hora del área metropolitana, que ya ha crecido bastante en los últimos años debido a que cada vez hay más ciudadanos, muchos de ellos extranjeros que se han instalado allí porque tienen esa mentalidad diferente, que entienden que se puede vivir a escasos kilómetros de Málaga con los mismos servicios o incluso mejores que los de la propia capital. Ahora bien, para que se produzca este cambio psicológico hay que ofrecer también buenos servicios de comunicaciones, pues no todo debe pasar por el vehículo privado. A los responsables políticos no se les cae de la boca la palabra de moda, que no es otra que la sostenibilidad. Eso está muy bien, ¿pero qué se hace en favor de la misma?
Las comunicaciones ferroviarias son las ideales para lograr un mundo menos contaminante, pero a día de hoy todavía no está resuelto, ni siquiera en proyecto, la conexión por cercanías o con metro con poblaciones como Rincón de la Victoria, Cártama y Alhaurín de la Torre, que son también municipios ideales para vivir trabajando en Málaga capital. Cuanto mayor sea la oferta residencial en estos municipios más accesible será la vivienda para todos, porque hay que quitarse la cabeza eso de que sólo se puede vivir en los barrios de siempre de Málaga. Sencillamente porque en una ciudad cada vez más relevante económicamente es imposible.
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