Málaga no hay casi más que una

Royal Collections pide una indemnización al Ayuntamiento de Málaga de 4,8 millones de euros por daños y perjuicios y Víctor Sánchez pide al Málaga ... una indemnización de 600.000 euros por daños morales. La jueza del Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 1 de Málaga ha desestimado el pago de esos 4,8 millones aunque sí ha dado la razón a la promotora del Museo de las Gemas y el Ayuntamiento deberá abonarle 1,8 millones, además de que la promotora no tendrá que devolver los 5,6 millones que reclamaba el Ayuntamiento. Ha sido un varapalo judicial singular, aunque al ser doble (no cobramos y además debemos pagar más) se debería hablar de varapalo plural. Varapalo parece el nombre de una ciudad latinoamericana o de un puerto onubense, igual que Contencioso y Administrativo parecen los nombres de los dos hijos varones de una familia seria, de bien, de las de toda la vida. Un tercer hijo podría llamarse Consistorio, pero ya son muchos hijos, y eso sin contar las hijas, la mayor de las cuales podría ser Magistrada, a la que podrían llamar Magis aunque no le gustase la sopa, como a Mafalda, que tiene nombre de vestido largo, por debajo de las rodillas. Apenas se ponen nombres de los de antes y ya casi nadie se llama, por ejemplo, Conrado, o Fulgencio, como Fulgencio Alcaraz, responsable de Royal Collections. El nombre Víctor está más visto, pero es un nombre serio. Es un nombre de origen latino (como Varapalo) y significa vencedor, por lo que el Málaga a lo mejor acabará pagándole los 600.000 euros, aunque por otra parte su santo es el 28 de diciembre, día de los Inocentes, así que quizá la demanda sea tomada a broma y quede como un capítulo más de un episodio sucio, íntimo en principio, en una historia reciente del Málaga que es un varapalo continuo, un auto varapalo que toca diferentes ámbitos cuando debería ceñirse a lo deportivo y no mezclar churras con merinas. En este caso sobre todo churras.