A la ley de amnistía sólo le falta recurrir a la Biblia...
Si no fuera por la gravedad que conlleva, el texto de la ley de amnistía que salió adelante en la Comisión de Justicia parecería un ... mal chiste. La ingeniería jurídica que se ha utilizado en plan trilero para salvar a Puigdemont, el fugado que se ha convertido en el presidente de facto de España, hace referencia a normas y a recomendaciones de diferentes instituciones internacionales. Inaudito, porque se obvia de una manera consciente al Código Penal español, que, para los grupos que apoyan esta aberración que atenta contra la igualdad y la separación de poderes, queda derogado para aplicar esta norma a unas personas determinadas. Por un lado, se implora una directiva europea en la creencia que puede tener una interpretación más laxa a la hora de determinar qué es o no es delito de terrorismo. Por otro lado, se cita también a la Comisión de Venecia, que no deja de ser un órgano consultivo. El borrador del informe sembraba la duda porque apuntaba que sería conveniente que esta ley tuviera un amplio consenso, recomendaba que hubiera un cambio en la Constitución y alertaba de que podría producir una ruptura social. Esos pequeños detalles no se han tenido en cuenta, ¿para qué?
En cuanto a la malversación, o sea a la corrupción, se apunta que se pueden mangar fondos públicos siempre que no sean para beneficio personal, o sea, que está bien que se meta la mano en las arcas públicas para cometer un golpe de Estado.
También se hace referencia a la ONU para determinar lo que es o no traición, obviando la ley española. Vamos, que han cogido de aquí y de allá para hacer un traje a la medida de Puigdemont. Les ha faltado hacer referencia a la Biblia para justificar las bondades del perdón y del amor al prójimo por encima de todas las cosas. Todo el mundo en España sabía que al final el PSOE tragaría. Sí, hay que decir el PSOE y no sólo Sánchez, que una vez más ha cambiado de opinión para seguir en La Moncloa, sobre todo, acuciado por el escándalo del caso Koldo, en el que puede estar salpicada hasta su propia mujer.
Puigdemont, que sueña con hacerse un Tarradellas, ya habla del referéndum. ¡Qué bonita es la nueva convivencia!
Félix Bolaños fue el encargado de dar la cara y sacar pecho apuntando que iba a ser histórica, un referente mundial. Como la ley del sí es sí, que sin duda pasará a la historia por sacar a la calle y reducir sus penas a cientos de violadores y agresores sexuales. Veremos qué efectos tiene ésta si finalmente se aplica por los jueces y magistrados españoles.
Desde luego, esta ley pasará a la historia como un episodio negro en el que el Estado sufrió una de sus mayores humillaciones, porque se consagra que España actuó de una manera opresora contra los 'libertadores' del pueblo catalán. La amnistía supone este reconocimiento. Se pide perdón a unos delincuentes, que además han sido copartícipes a la hora de elaborar esta norma para quedar impunes. Algo histórico en Europa. Qué razón tiene Bolaños.
En el argumentario socialista se machaca día sí y otro también que todo se hace en nombre de la convivencia. Por eso, con la aprobación aún caliente, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y el propio Carles Puigdemont apuntaron que la ley es la palanca para conseguir la celebración del referéndum. ¡Qué bonita es la nueva convivencia! Al mismo tiempo los socios 'indepes' del Gobierno no dudaron en amenazar a los jueces, de los que dijeron que cometerían prevaricación si no exoneran ipso facto a Puigmedmont, que está loco por hacerse un Tarradellas y volver como si hubiera estado exiliado.
¡Qué bonita es la nueva convivencia! Todo hace indicar que aún habrá más episodios sobre la ley de amnistía, porque los jueces, la única esperanza que queda para parar esta norma, no dudarán a acudir a la justicia europea con cuestiones prejudiciales para ver si la norma es legal o no. No parece que tengan mucha fe en el Constitucional que comanda Pumpido. Normal.
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