Feminismo low cost
El feminismo ministerial es gramática cansada. De una semántica que la política confundió. La mujer presa en la sintaxis del discurso excluyente. Una fonología agotada ... que se refugia en el bolsillo del poder. Una causa justa vampirizada por los propios. La vergüenza de unas pulseras de protección 'low cost' para las mujeres maltratadas.
En esta gramática de espejismos, de fanatismo en la lectura de la realidad, conocimos esta semana que el Ministerio de Igualdad sabía desde hace dos años que los sistemas de pulseras antimaltrato eran deficientes. El pasado 5 de septiembre, la Fiscalía General del Estado plasmó en su memoria anual que habían detectado una serie de anomalías en estos dispositivos electrónicos, que se emplean para controlar la ubicación de los agresores en casos de violencia de género. En concreto, detallaron que, en algunas sedes, como por ejemplo en las de Castellón, Pontevedra, Madrid, Girona, Granada o Tenerife, habían observado «múltiples fallos» en los nuevos aparatos electrónicos y problemas en el traspaso de datos entre proveedores. El propio centro de control fue el que informó «reiteradamente a los juzgados» que no podían facilitarle la información anterior al 20 de marzo de 2024. En la misma línea, la expresidenta del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género, órgano dependiente del Consejo General del Poder Judicial, María Ángeles Carmona, en enero de 2024 advirtió a la ministra de los riesgos que suponían estas nuevas pulseras por sus deficiencias técnicas, y comprobó personalmente que los modelos de las pulseras podían adquirirse en AliExpress. Dos resoluciones de 2024 en procesos por quebrantamiento de orden de alejamiento demostraron cómo la pérdida temporal de datos contribuyó a la no condena de los acusados.
El ministerio desastrosamente regido por Irene Montero, el de la Ley del 'solo sí es sí' que produjo decenas de excarcelaciones y cientos de rebajas de pena entre los delincuentes sexuales, fue el que perpetró el cambio de adjudicatario del sistema de seguimiento telemático de pulseras antimaltrato.
Llama la atención que la actual titular de Igualdad, Ana Redondo, no sólo no haya pedido disculpas a las mujeres, sino que reste importancia a esta grave deficiencia que las ha puesto en peligro. La que fuera concejal socialista de Valladolid que se desgañitó en el Congreso de los Diputados gritando «vergüenza, vergüenza» cuando la oposición criticó que la esposa de Pedro Sánchez dirigiera una cátedra en la universidad sin ser ni licenciada, prefiere ahora susurrar. El sanchismo sociológico y mediático sigue centrado en sus escudos electorales de propaganda y no dedica un minuto a este grave asunto.
El feminismo low cost es espejo de incompetencia política y modelo de traición a las causas justas de las mujeres por parte del populismo de izquierdas.
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