Explicaciones de qué
VOLTAJE ·
En la imagen pública del emérito brotan muchas contradiccionesTodo ser humano es un ser de contradicciones. Don Juan Carlos no solo no es una excepción, sino que, en el sinuoso imaginario de la ... opinión pública (y en el de la república) lleva encerrada una multitud de acontecimientos que están encontrados, en un enfrentamiento que tira para un lado o para otro según el día. Hasta los más monárquicos del barrio contemplan la figura del emérito con una desigualdad de sentimientos que resulta clamorosa. Ha sido la mayor decepción de mi vida, dijo uno. Brotan las incoherencias en la imagen pública de este hombre que ha tenido un protagonismo admirable en la llegada de las libertades a este país y que, hasta que le pillaron posando delante de un elefante en la crisis más dura que ha azotado España, que ya es decir, reinaba con simpatía, la sorprendente ubicuidad de unas hechuras entrañables; la figura paterna del Estado para varias generaciones. En la otra mano, y con puntualidad británica, don Juan Carlos estaba haciendo negocios que resultan a todas luces innecesarios para su naturalmente extraordinario tren de vida. Cómo ha podido, qué falta le hacía. La caída de don Juan Carlos no difunde en exclusiva la tristeza de la disolución de un rey o de una figura pública susceptible de fascinación, sino el desvanecimiento, una y otra vez, de algunos aspectos que pertenecen ya a la condición humana y no solo a la monarquía, como una máquina de contar billetes al lado de la piscina. Y la 'amiga íntima', este término que se usa desde el sentir discreto para decir aquello que no se quiere nombrar.
Se podrá escribir algún día que el 'Bribón', ese velero que aporta a nuestra historia una bocanada don José Luis Perales, es la metáfora de todo esto. El hecho de que no haya sido juzgado por sus decisiones no tiene que ver con la bondad de sus actos, sino con la inviolabilidad, la regularización a última hora y la prescripción, las tres juntitas, que han formado un disparo de impunidad y, con ayuda del viento, una explícita ausencia de sentimiento de culpa o de responsabilidad, táchese lo que no proceda. 'Explicaciones, ¿de qué?' han sido unas de sus últimas palabras en territorio español, una de las pocas declaraciones públicas, preguntado por una periodista sobre qué le iba a decir a su hijo mientras pedía a su amigo que echara marcha atrás para responder semejante chulería. Yo espero que don Juan Carlos vuelva a España para que esa no sea la última imagen que vamos a tener de él. Ahora vuelve a Abu Dabi. Me pregunto cómo será vivir allí. Siendo emérito, además.
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