Esperanza de Málaga
Lo acontecido en el mundo cofrade malagueño estos últimos días nos invita, sin duda, a una profunda reflexión por lo vivido. Si lo de Roma ... fue verdaderamente una página para la historia, la procesión de retorno de la Virgen de la Esperanza desde la Catedral a su basílica rompió los moldes por completo, con un baño de multitudes como pocas veces se recuerda. Y fue un baño de multitudes como en los actos de la capital italiana: con la gente a pie de calle, en una perfecta sintonía entre el pueblo y la cofradía, o lo que es lo mismo, entre los ciudadanos y su Virgen.
La Esperanza ha sido y es la Señora de Málaga, y ahora también es la Reina de Roma, que me gusta más que 'emperatriz', por cierto. La 'Divina Prisionera del Romero', como la bautizara un Antonio Garrido más omnipresente que nunca en estas jornadas a pesar de que hace más de siete años (¡Dios mío, el tiempo es el peor enemigo de la vida...!) que nos dejó, ha cimentado aún más si cabe la tremenda relación y devoción de los malagueños para con la Virgen perchelera. Ya lo dijo el pregonero, «en Málaga se puede ser de esta cofradía, y de aquella y de la otra... pero todos somos de la Esperanza». Ya no hay duda alguna.
El Jubileo de las Cofradías, por más que muchos hayan intentado restar méritos a su enorme éxito, nos lleva a muchos a considerar que no sería malo repensar muchas cosas, viéndose la necesidad de replantearse, a costa de suprimir aforo sentado, parte del nuevo recorrido oficial, y, por supuesto, solventar lo que se ha dado en llamar 'aforamiento', que no es otra cosa que alejar al pueblo llano de sus Cristos y de sus Vírgenes, que ya bastante lo están sufriendo, incluso los penitentes, que antes iban detrás de los tronos cumpliendo promesa y ahora lo hacen también, sí, pero detrás de 30 ó 40 filas de músicos, que hacen una gran labor, sin duda, no malinterpreten estas palabras, pero nadie ha 'tocado' una posible solución: delante de los tronos en vez de detrás...
En fin, que la Esperanza y Málaga han salido reforzadas 'hasta el infinito y más allá' tras lo de Roma, en un Jubileo de las Cofradías en el que, curiosamente, se han echado de menos a significativos hermanos mayores de Málaga, pero en el que, por ejemplo, ha quedado en evidencia que la 'disputa' Málaga-Sevilla, Sevilla-Málaga es mucho más una pose por desconocimiento que otra cosa. Si la unión hace la fuerza, en Roma se ha demostrado como nunca.
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