La reacción de rabieta en la que han coincidido el PP, el PNV y el independentismo catalán por el apoyo de Ciudadanos a la cuarta ... prórroga del estado de alarma parece certificar que Inés Arrimadas ha acertado en su movimiento de la última hora de la noche del martes. Quizá porque el bipartidismo erró por soberbia en el cálculo de defenestrarla antes de tiempo, confundido por la impresión de que el cadáver político de Rivera la había sepultado también. Quizá porque Casado parece desorientado en el rumbo de su oposición. El líder del PP anda más preocupado por frenar una virtual hemorragia de votos hacia Vox en la próxima cita electoral que por mostrar la faz más centrista. Sólo eso puede explicar la estrategia de este Partido Popular que, en vez de sentido de Estado, ofrece un rostro bronco y montaraz, que opta por ponerse a la altura del caballo de Abascal antes que exhibir el patrimonio de concordia acumulado por el centroderecha desde la Transición.
Aún es pronto para saber si el gesto de Arrimadas simbolizará su conversión en el Ave Fénix de un Cs del que apenas quedan las cenizas naranjas de su debacle. Veremos. Pero ante un 'no' a la prórroga tras el que no había un 'Plan B' de reconstrucción sino una simple maniobra táctica de Casado y Abascal para desestabilizar la gestión de Sánchez y sus socios, Arrimadas ha mostrado al menos eficacia y prudencia, dos de las virtudes que Maquiavelo le atribuyó a cualquier buen príncipe. Claro que también es cierto que el florentino articuló buena parte de su teoría política sobre el principio de que la utilidad en la acción pública está por encima de la ideología y la rectitud moral. Y ahí es donde se traza esa finísima línea donde un dirigente puede consagrar su liderazgo o lanzarse sin remedio al abismo de su fracaso irreversible.
Quizá eso pueda justificar que Daniel Pérez (PSOE) no se haya pronunciado aún sobre la posibilidad de una moción de censura contra De la Torre de la mano del 'tránsfuga' Cassá. El silencio puede ser prudente. Lo que tendrá que medir Pérez es la eficacia de aliarse con alguien tan maquiavélico.
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