Coronavirus y nosotros
Cita en el sur ·
La OMS declara la emergencia internacional y el equipo de fútbol de Wuhan llega a MálagaEl ministro Illa asegura que el hospital G. Ulla está preparado. Los españoles evacuados de la ciudad china de Wuhan permanecerán en cuarentena en dicho ... hospital y sería bueno que, igual que hizo el ministro Fraga ante la amenaza nuclear en Palomares, el ministro de Sanidad se bañase con ellos para tranquilizarnos. No sería necesario que se bañase con los 20 españoles procedentes de Wuhan, bastaría con que se diera una ducha rápida con dos o tres. Uno de los grandes aciertos de Pedro Sánchez ha sido colocar al frente del Ministerio de Sanidad a un hombre que se llame Salvador, no como Rajoy, que nombró a una mujer apellidada Mato. En enero de 1966 dos aviones militares estadounidenses colisionaron en pleno vuelo, provocando la caída de cuatro bombas atómicas en la playa Quitapellejos de Palomares, en Almería. El nombre de la playa no ayudó mucho a calmar el miedo, pero ver a Fraga en bañador desvió la atención. Ya no se fabrican bañadores como los de antes. La vorágine consumista hace que no sólo los automóviles, teléfonos y electrodomésticos duren menos, sino que incluso los bañadores enseguida se desgasten y la tela pierda consistencia, por lo que cada verano hay que reponerlos. El de Fraga era más bien de tela de saco, o de cortina antigua, de esas que no dejaban pasar la luz, ideales cuando no hay persianas.
El coronavirus es una desgracia aunque dentro de lo malo siempre hay algo menos malo y esto es que los titulares políticos se vean desplazados. Wuhan es una ciudad de más de once millones de habitantes y dicen que ahora no se ve a nadie por sus calles. Las autoridades no dejan entrar ni salir a nadie pero otras autoridades creen que las medidas no son suficientes. El mundo se está llenando de autoridades. El Gobierno chino construyó en dicha ciudad un hospital en diez días y aquí sólo para imaginar la posible ubicación del tercer hospital llevamos cuatro años. La emergencia es internacional y las bolsas, tan empáticas ellas, están bajando. Los guionistas de Hollywood deben de estar frotándose las manos, como los españoles al saber que el equipo de fútbol de Wuhan aterrizó anteayer en Málaga. Vaya puntería. Cualquier persona china se convierte en sospechosa, aunque de momento seguimos muriendo atropellados por conductores españoles. En Italia, donde a primera hora de ayer decretaron el estado de emergencia, un crucero permanecía en cuarentena ante la sospecha de que uno de sus pasajeros podía estar coronado por el virus. Imagino al pasajero subiendo a cubierta y el resto del pasaje corriendo a babor. En esos casos hay que tener mucho cuidado porque el barco podría escorar. Las farmacias malagueñas han quedado desabastecidas de mascarillas, sin embargo algunos médicos afirman que su uso es contraproducente y, en cualquier caso, habría que colocárselas de manera correcta. ¿Tan difícil es ponerse una mascarilla bien? Somos tirando a torpes y ahora nos llega esta plaga; que no digo que sea por eso. Dicen que no debemos preocuparnos. Que nos lo demuestren: el Málaga podría jugar un amistoso con el Wuhan F. C. Ahora va y gana.
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