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A lo largo de los últimos días se han sucedido unas cuantas noticias que me han hecho acordarme de mi vídeo favorito de toda la historia mundial de las chorradas en internet: ése en el que, en el contexto de un concurso de belleza panameño, una de las candidatas intenta comentar una frase de Confucio. La máxima —«leer sin meditar es una ocupación inútil»— quedó involuntaria pero magníficamente ejemplificada por su respuesta: « Muy buenas noches, Panamá. Confucio fue uno de los que inventó la confusión, y por eso se le ha… de lo más antuiguo, fue uno de los chinos, japoneses, que fue de lo más antiguo. Gracias.»

Yo, la verdad, no sé si el genio que inventó la confusión fue Confucio o algún acólito, pero lo que tengo claro es que, fuese quien fuese, en Correos ha encontrado un buen discípulo. La última campaña contra el racismo de la empresa pública postal, 'Equality Stamps', así lo demuestra: consiste en una colección de sellos que se vuelven más oscuros cuanto menos valor tienen. Y si alguien tiene en este país una confusión 'de lo más antiguo' es el Tribunal Supremo, que en su día sí se mostró favorable a indultar a Tejero por el 23F pese a no haber mostrado signos de arrepentimiento. En la posibilidad de indultar a un militar golpista, por lo visto, sí que observaron «razones de justicia, equidad y utilidad pública». Los chinos tienen claro, pese a las sospechas yanquis, que el bicho no se escapó del laboratorio de Wuhan; pero son los japoneses quienes están rizando el rizo de la confusión con el tema olímpico. Sin embargo, la palma se la lleva mi chico: lo han baneado en un chat de ajedrez por llamar negro a un alfil. Si esto no es confusión, que baje Confucio y lo vea.

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