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La rotonda

Es agosto vale..., ¿y qué?

Sábado, 2 de agosto 2025, 02:00

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Antes, agosto era como el agua en mayo. Todo el mundo lo esperaba en la Costa del Sol como el maná, como la lluvia bendita, ... al igual que la Semana Santa, porque eran fechas clave para llenar la alacena anual de una zona, la Costa del Sol, que vivía (vive) del turismo sobre todas las cosas habidas y por haber que, además, tenía unas señas muy definidas, una estacionalización que era palabra tan difícil de pronunciar como de combatir, y que era el gran debe. Eso ya no existe. Da igual el mes que salgas a la calle en Málaga, en Torremolinos, en Fuengirola o en Marbella, que cada día, de cualquier mes, sea la estación del año que sea, está lleno (o casi) todo. Es evidente, que agosto sigue siendo un tesoro, lo mismo que la Semana Santa, o las Navidades en Málaga (gracias, Señor, por no hacernos caer en el ridículo como en Vigo poniendo los adornos en julio, con todos mis respetos...), porque se ha conseguido, no sin poco esfuerzo, una media digna de envidia de cualquier otro destino turístico. Durante años, Málaga y la Costa del Sol han luchado a brazo partido para buscar la desestacionalización, y las campañas en las grandes ferias de turismo, especialmente en Londres y en Berlín fueron dirigidas a ello (y ojo, que lo han visto estos 'ojitos Rotonda', que nadie nos lo ha contado). Y se ha conseguido. Pero claro, agosto se ha convertido ahora, para algunos, como una rémora, porque a la gente de todo el año hay que añadir el 'exceso' del mes de vacaciones por excelencia. Craso error. No mordamos nunca la mano de quien nos da de comer, y el turismo sigue siendo, aunque hay otros parámetros que están sumando, la principal fuerza de nuestra economía, el principal activo de nuestro Producto Interior Bruto. No hay que ser muy brutos para darse cuenta de que el turismo, hoy por hoy, es tan necesario para Málaga y la Costa del Sol como el propio oxígeno para la vida, y que quienes nada más que hacen echarle las culpas de todos los males del universo malacitano están tirando piedras contra su propio tejado. No hay sitio en los chiringuitos, ni en los restaurantes, ni hay taxis en muchas horas punta, ni hoteles a precios asequibles... ¿Y...? Eso es lo que hemos buscado durante años, y lo hemos conseguido, y somos la envidia de multitud de destinos turísticos del mundo. Que hay mucha gente, vale, ¿y qué? ¿Qué hacemos? ¿Los echamos? No, pues eso. Que es agosto y todo está lleno. Vale, ¿y qué...?

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