El misterio de la Navidad
Rafael J. Pérez
Lunes, 19 de diciembre 2016, 08:41
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Rafael J. Pérez
Lunes, 19 de diciembre 2016, 08:41
La Navidad está al acecho. Está llegando. Aún no estamos en Navidad. Ahora toca Adviento, tiempo de preparación. La celebración del nacimiento de Jesús de Nazaret, que eso es la Navidad, se empezará a vivir a partir del próximo sábado noche. Se festejará durante prácticamente dos semanas. Las fiestas de la Navidad terminan el domingo posterior al día de Epifanía.
En Navidad los cristianos celebran que Dios se ha hecho carne. Sí, tal y como se lee: es el misterio de la encarnación. Ese es el misterio de la Navidad: Dios asume la naturaleza humana por amor. Quien contempla a Jesús recién nacido con los ojos de la fe cristiana descubre a Dios sencillo, vulnerable, cercano; tierno, entrañable, precioso. Dios entró al mundo por la puerta femenina y de la pobreza. Gracias al sí de una mujer de fe, María. En una familia sencilla. Es como Dios está a gusto: cercano a los humildes. Ese el misterio de la Navidad. Luego vendrán las luces, los regalos, las cenas; los excesos, las discusiones, las polémicas; la melancolía, las alegrías, los deseos. Todo unido y mezclado. Conformando una mezcla agresiva, sutil y bondadosa. Muy humana, por cierto. En Navidad todo se mezcla; hasta la violencia contra la fiesta: en Suecia hay quien está atacando a los árboles de Navidad y las autoridades han planteado prohibir las luces navideñas. Por eso urge recuperar el sentido de la Navidad para llamar a las cosas por su nombre. Un sentido que encuentra su respuesta en el misterio insondable y familiar de la fiesta cristiana. Existe el riesgo de instrumentalizarla a nivel comercial, ideológico o social. Una fiesta de la que es protagonista la comunidad cristiana y que hace extensiva a quien quiera unirse a la alegría y consecuencia que se derivan de la celebración del niño Jesús, el de Nazaret, el llamado Cristo. Los cristianos son custodios del sentido genuino de la Navidad y conviene que estos expliquen claramente de qué van los días que se aproximan. Hay quien no sabe qué se vive en Navidad; hay quien se ha educado y criado en la cultura cristiana y desconoce qué se festeja en Navidad; hay quien prefiere mirar a otro lado y olvidar el sentido genuino y profundo de la fiesta de la Natividad. Una festividad que introduce en el misterio de Dios, en el conocimiento de Dios, que es la fuente de esperanza.
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