Libros urgentes
Rafael J. Pérez
Martes, 19 de abril 2016, 10:13
Fue en 1995 cuando la UNESCO señaló el 23 de abril como Día Mundial del Libro. Coincide en el santoral católico con el día de ... San Jorge. En Cataluña la celebración del día de San Jordi se aprovecha para regalar rosa y libro. La tradición se remonta al siglo XV. Hay quien la asocia a la feria de las rosas de Barcelona. De hecho a las mujeres que el 23 de abril asistían a la misa oficiada en la capilla de Sant Jordi del Palacio de la Generalitat de Catalunya se les regalaba una rosa.
Entorno al Día del Libro está previsto que se celebren en Málaga y provincia diferentes actos. Sin ir muy lejos, el próximo viernes la sede del Centro Andaluz de las Letras de Málaga acogerá la presentación de la antología de Antonio Gala, 'Una señal en el corazón', de José Infante.
Cuando vamos tan deprisa es bueno detenerse y regalar un libro. Cuando vamos con tanta bulla y desinterés escribir una dedicatoria ensancha el alma. Todos tenemos algo que decirnos. Todos tienen algo que contarnos: Gala, Cervantes, Zambrano.
Con cierto estupor se descubre que algunos libros sólo sirven para decorar. Sospechemos de quienes no aman los libros. De quienes desprecian la lectura. No tendrán letras que ponerle a la vida. Cuidado con ellos. Porque su torpeza es mortal. ¡Con lo que encierra la literatura! También la bíblica. Aquella que los cristianos reconocen como Palabra de Dios. Esa que definen como la declaración de amor de Dios al hombre y a la mujer. Esta semana es buen momento para regalar o regalarte un libro. Si eres cristiano y no la tienes, no dudes en adquirir una edición que puedas leer de la Biblia, de la Sagrada Escritura. Si no eres cristiano igualmente es recomendable. Es un verdadero tesoro de la literatura universal. Ofrece vida y transporta a lugares insospechados. Alguno tan lejos y tan cerca como es nuestro propio interior. Páginas y páginas donde se almacenan gran parte de lo que la inteligencia y la sensibilidad humana cultivaron hasta hoy con esmero y delicadeza. De hecho, la buena lectura conduce al silencio y al encuentro con la Trascendencia. Conduce hasta el yo más íntimo de la mano de la poderosísima fuerza de la seducción. Hasta quedarse perplejo, casi enamorado, porque tu alma conecta con otras almas. Con el misterio de la vida. Con uno mismo.
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