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SUITE JÚNIOR

Bajarse del camello

Txema Martín

Martes, 6 de enero 2015, 11:36

No recuerdo exactamente cuándo me bajé del camello, pero sí el momento en el que escuché por primera vez esa expresión. Esa frase sólo puede ... venir de una abuela, cuando el contexto lleva el significado. Alguien se 'baja del camello' cuando deja de creer en los Reyes Magos, cuando conoce la Verdad. Aquí hay que aclarar muchas cosas, porque bajarse del camello no implica dejar de redactar cartas mentales con deseos para el año que viene; sería lo último que además de perder la fe en la magia tuviéramos que dejar atrás también la esperanza de ver cumplidos algunos de nuestros deseos, eso que los cursis llaman 'nuestras ilusiones'. Pero no todos. Hay que tener mesura, cuidado y mimo con lo que se pide por si llega a cumplirse. Ver cumplidos todos nuestros deseos es seguramente algún tipo inexacto de maldición húngara.

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