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El presidente del Partido Popular, Pablo Casado (d), junto al presidente del Senado, Pío García Escudero. Efe
Pablo Casado renueva de arriba abajo las candidaturas de su partido

El líder del PP renueva de arriba abajo las candidaturas de su partido

Acaba con los vestigios del pasado con cabezas de cartel más conservadores que faciliten el entendimiento con Vox

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Domingo, 13 de enero 2019, 00:19

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Pablo Casado ha renovado tres de cada cuatro candidatos a alcaldes en las capitales de provincia y el 85% de los aspirantes a gobernar en comunidades autónomas a partir del 26 de mayo. Una limpieza con la que ha barrido los vestigios de dirigentes territoriales y municipales de la era de Mariano Rajoy. Los perfiles de los nuevos rostros electorales del Partido Popular (PP) apuntan en su mayoría a dirigentes jóvenes y conservadores que no se resistirán a las nuevas alianzas que deberán tejer los populares con Vox tras las elecciones locales y autonómicas.

El líder del PP subrayó hoy en Valencia que el cambio político y generacional se ha hecho «sin ningún tipo de fractura». Una verdad a medias porque en algunos territorios la designación de los candidatos, los populares no celebran primarias, ha generado enfados y malestares soterrados. En ningún caso, es cierto, ha dado pie a enfrentamientos a cara descubierta, pero en Madrid, Cantabria o Asturias, por citar las últimas candidaturas, la relegación de dirigentes ya asentados ha causado malestar.

Es notable el caso de Madrid, territorio 'casadista' por excelencia, donde los nombramientos de los casi desconocidos Isabel Díaz Ayuso como candidata a presidir la comunidad en detrimento del actual gobernante, Ángel Garrido, y de José Luis Martínez Almeida para la alcaldía han desatado el enfado de los sectores centristas del PP. Se trata de «dos jóvenes conservadores y sin complejos» que no le hacen ascos al entendimiento con Vox, reconocen en la dirección del partido. Díaz Ayuso ha dicho que el de Santiago Abascal «es un partido democrático con el que se pueden llegar a acuerdos», y Martínez-Almeida está dispuesto a entenderse con la extrema derecha si así se «impide el gobierno de la izquierda radical», categoría en la que ambos incluyen al PSOE.

Casado pidió a los suyos en el acto de presentación de los candidatos de la Comunidad Valenciana que no se acomplejen ante el mensaje de la izquierda de que «ya llega la derecha». Situó al PP en el amplio espacio ideológico de un partido «de centro derecha liberal conservador», que puede entenderse con fuerzas centristas, como Ciudadanos, y de ultraderecha, como Vox.

Orgullo de partido

El líder del PP apeló además al orgullo de partido, como ya hiciera en el congreso de julio pasado, cuando se hizo con las riendas de la organización tras derrotar a Soraya Sáenz de Santamaría. Subido a la ola de entusiasmo, se declaró «orgulloso» del partido en la Comunidad Valenciana, a pesar de algunas «sombras», y reivindicó a los expresidentes populares, incluidos Francisco Camps y Eduardo Zaplana, imputados en casos de corrupción. La Comunidad Valenciana ha sido uno de los mayores graneros electorales del PP, y también uno de los mayores focos de problemas por los casos de corrupción.

Casado es consciente de que recuperar los viejos laureles está fuera del alcance por la pujanza que demuestran tanto Ciudadanos como Vox, pero no desistió y buscó la fibra sensible para reclamar el regreso de los millares de hijos pródigos que se fueron en las elecciones de 2015 y en los últimos años. Se dirigió al corazón de los que «se fueron para decirles que no van a encontrar al PP fuera del PP. Esta sigue siendo su casa, somos los de siempre, con los mismos valores y principios, pero defendiéndolos como nunca».

Como sabe que recuperar el capital electoral perdido es misión imposible, su planteamiento es preparar a su partido para gobernar en coalición, una cultura ajena a la filosofía del PP. Se trata de conseguir que los diez millones que antes votaban a una sola fuerza, al PP, y que ahora se reparten en tres con la presencia de Ciudadanos y la irrupción de Vox, se vean representados de igual manera gracias a los acuerdos a tres bandas.

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