Las asesinas de León aseguran que la Policía las engañó para confesar

En la petición alegan que fueron engañadas por la Policía durante el interrogatorio al que fueron sometidas antes de ser puestas a disposición judicial. Según afirman, durante los dos días que permanecieron en las dependencias de la comisaría de la Policía Nacional de León, dos agentes, que dijeron ser de Burgos, hablaron con ellas sin presencia de su abogado, primero por separado y después con las dos juntas.

Durante la conversación, les habrían asegurado que eran amigos de su marido y padre, el inspector jefe de Astorga, Pablo Antonio Martínez, y que les había enviado él para ayudarlas. Así, las habrían convencido para preparar su declaración sin la presencia de sus letrados.

El supuesto engaño habría ido más allá, según han denunciado Montserrat y Triana. Dicen que les prometieron que la hija quedaría en libertad y que la madre cumpliría muy pocos años de prisión mediante la elaboración de un falso informe forense. También les habrían prometido liberar de toda sospecha a Raquel Gago, la Policía Municipal a la que, según la investigación, Triana entregó el arma con el que su madre disparó a la presidenta de la Diputación. Les habrían dicho que harían desaparecer la pistola arrojándola a una alcantarilla.

Tras escuchar la falsa oferta, ambas habrían confesado su participación en el asesinato de Carrasco.