Tres prófugos y un arrepentido
La huida de Andrés Liétor engrosa la cifra de implicados en el 'caso Malaya' que han puesto tierra de por medio
Héctor Barbotta
Domingo, 31 de enero 2016, 00:09
No puede decirse que haya sido una sorpresa, porque el empresario ya había incumplido con las medidas cautelares que le habían impuesto y tampoco se ... había presentado en dos ocasiones para afrontar un proceso judicial pendiente que tiene en Madrid. Pero desde el pasado jueves, el empresario Andrés Liétor es oficialmente el tercer prófugo del 'caso Malaya', el cuarto si se toma en cuenta al exedil Javier Lendínez, que huyó durante cinco años.
Condenado a cuatro años y medio de prisión por blanqueo, fraude, prevaricación y cohecho y a pagar una multa de tres millones y medio de euros, Liétor, que cumplirá 60 años el próximo febrero, ya conoce la prisión de Alhaurín de la Torre, donde el juez instructor del 'caso Malaya', Miguel Ángel Torres, lo tuvo recluido como preso preventivo tras ordenar su detención en julio de 2006 durante la segunda fase de la operación.
Tras salir de la prisión en noviembre de ese año, Liétor optó por una estrategia de defensa irreverente y agresiva que lo llevó primero a romper con el despacho de abogados que había asumido su representación en el caso y posteriormente a distanciarse también de su socio, el también empresario Carlos Sánchez.
Pese a que la importancia de ambos empresarios en la trama se derivaba de su condición de socios principales de Juan Antonio Roca, sus nombres alcanzaron celebridad al conocerse que fue una sociedad de ambos la que vendió a Isabel Pantoja y Julián Muñoz el chalé 'Mi Gitana' por un precio irrisorio a cambio de favores municipales.
También condenado por la Audiencia de Granada a un año y ocho meses de cárcel junto a José Ávila Rojas por un delito de defraudación mediante la doble venta de un piso en Marbella, Liétor siempre mostró su incomodidad por esta fama no deseada.
Cerebro de Fórum Filatélico
Ahora suma su nombre al de los otros dos prófugos de la causa. El exconcejal Carlos Fernández, que el próximo verano cumplirá diez años huido de la justicia, y el inquietante José Manuel Carlos Llorca, a quien policía de medio mundo busca por numerosos casos relacionados con el blanqueo de capitales procedentes del crimen organizado. En 'Malaya', Llorca, a quien también se conoce por otras identidades, como 'Simon York', está considerado el cerebro de la estafa de Fórum Filatélico y en 'Malaya' se le acusa de haberle entregado cuatro millones de euros a Roca a cambio de favores urbanísticos. Para la policía, es 'el hombre de las mil caras', por la cantidad de identidades que maneja y lo escurridizo que ha resultado.
La policía lo localizó en 2009 en la isla Margarita (Venezuela) y gracias a una comisión rogatoria la policía llegó hasta su domicilio para detenerlo pero no pudieron hacerlo por poco. Había huido de manera precipitada horas antes. Sólo se supo que al llegar al Caribe una de las primeras medidas que adoptó fue la de someterse a una cirugía estética para cambiar su fisonomía.
Carlos Fernández
De Carlos Fernández apenas se sabe nada cuando está a punto de cumplirse una década desde que su rastro se perdió en el Camino de Santiago. El exconcejal andalucista, que según se deduce de la situación de quienes se enfrentaban a acusaciones similares a la suya, podría haber sido condenado en el 'caso Malaya' a tres años y medio de prisión, tiene pendientes otras causas con la justicia, entre ellas una sentencia firme por apropiación indebida por la que fue condenado a dos años de prisión y a devolver al Ayuntamiento de Marbella 82.000 euros.
De Fernández se ha dicho que está en Argentina, una versión que nunca ha sido confirmada. En el país sudamericano no consta que haya entrado con su nombre y número de pasaporte reales, según ha comprobado este periódico.
En el entorno familiar del exconcejal se asegura que vive en el extranjero «en contacto con gente muy poderosa» y que viene a España esporádicamente.
Los nombres y los datos de los tres prófugos figuran en el sistema de la policía, de manera que en caso de que alguno de ellos pasara por un control de cualquier cuerpo de seguridad español, tanto en una frontera como en un control de tráfico, saltaría inmediatamente y sería detenido. Es lo que le sucedió al exedil Francisco Javier Lendínez, actualmente en prisión, que estuvo cinco años huido en Bali hasta que decidió regresar. Lendínez fue detenido en Barajas y puesto a disposición judicial cuando 'Malaya' todavía estaba en fase de instrucción. Desde el juzgado de Marbella fue enviado a la prisión de Alhaurín de la Torre, donde aún permanece. El exconcejal fue juzgado por separado por 'Malaya' y condenado a cuatro años de prisión, aunque sobre él pesan otras causas penales y una condena por un proceso contable que lo obliga a devolver al Ayuntamiento de Marbella 17,8 millones de euros.
Unidad especializada
Fuentes policiales consultadas por este periódico han descartado que exista pasividad a la hora de buscar a los prófugos aunque destacan la dificultad de un tarea que es más difícil cuanto menos se mueva el huido. El Cuerpo Nacional de Policía cuenta con una unidad especializada en este trabajo que tiene sede en Madrid aunque sus miembros se desplazan por todo el territorio nacional y que está en contacto tanto con Europol como por Interpol.
En este tipo de asuntos la colaboración internacional suele funcionar muy bien y las investigaciones no se abandonan nunca aunque pasen años sin que aparezcan nuevas pistas. Pero ello no quiere decir que el interés mengüe. Para la policía, destacan las fuentes, encontrar a Carlos Fernández hoy supondría un éxito de mayor resonancia que haberlo hecho hace diez años, cuando era uno más entre un centenar de sospechosos.
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