Contracata, en Marbella: Recuperando la taberna

Por cierto, su primera ubicación frente al Parque de la Alameda en la calle Carlos Mackintosh, poco o nada, a excepción de la diversidad de vinos especiales que allí podían consumirse, tenían con la actual Contracata, como casi nada tiene que ver la cocina de hace un año con la actual. Hoy, Contracata ha vuelto a superarse y su meta es recuperar la Taberna 2.0 o, lo que es lo mismo, la taberna del siglo XXI. Para este fin lo primero que ha hecho Godoy es volver a traer a su carta aquellos platos icónicos de su primer local, como el atún en manteca colorá, el zoque malagueño o el tarantelo a la plancha con auténticas patatas fritas de verdad.

Pero como dice el propio Godoy: «Una comida sin vino es un desayuno», aquí los vinos especiales siguen siendo el fuerte de esta casa y la excusa por la que vienen buena parte de su clientela. Un maridaje de platos con esas diversidades enológicas que aquí se guardan son un auténtico disfrute en la mayoría de las ocasiones. Alrededor de 60 vinos distintos son los que podemos tomar por copas, algo bastante inusual en los gastrobares y en más sitios.

Otra de las cosas que más llaman la atención es donde se sirven algunos platos, aunque tratándose de una taberna contemporánea centrada en los vinos no debería extrañarnos en absoluto. Me refiero a esas elaboraciones de siempre que en Contracata se sirven sobre duelas de toneles que en su día tuvieron vino.

Centrándonos en su carta, lo primero que se aprecia es la vuelta de esos platos que desde sus inicios acompañaron a Godoy: las contrabravas, ensaladilla rusa, croquetas de pollo... una carta sencilla donde los sabores y texturas nos recuerdan la cocina tradicional reacondicionada a los gustos más actuales, olvidándose en parte y con mucho acierto de esos toques orientales que aparecían en la carta anterior, aunque siempre con el objetivo de que sean platos para maridarlos con alguno de sus vinos. Y para acabar de rematar la experiencia, hay días donde el propio Godoy se sienta ante el piano.

Corte muy fino de la vieira y una maceración previa muy equilibrada para que resulte un bocado muy fino y elegante en boca. El toque de wakame aporta a este plato profundidad y plenitud a la vez que refresca mucho en boca.

Estando donde estamos, en una Taberna del Siglo XXI, y donde el vino es el eje conductor de la mayoría de los platos, este montadito de atún en manteca colorá, bastante jugoso en boca, se sirve sobre una duela de barrica.

El zoque malagueño vuelve con fuerza a esta casa. Esta crema fría, muy similar al gazpacho, no lleva pepino, ni cebolla y sí una lasca de queso curado. El pimiento dulce y la zanahoria lo convierten en muy digestivo.

En la recuperación que Godoy está haciendo de platos tradicionales no podía faltar un clásico mollete malagueño, en este caso de rabo de toro estofado y deshuesado, que se acompaña de una ligera salsa a base de vino PX.