Y el mejor champán es para...

La elección de este vino espumoso se produjo durante una cata a ciegas celebrada en la exclusiva Villa La Serrana, en Marbella, y en ella participaron una veintena de profesionales del sector, sumilleres, trabajadores de los hoteles y clientes especializados. El ganador se elegió de entre una docena de referencias preseleccionadas previamente por los sumilleres y se incorporará de forma inmediata a las cartas de todos los bares y restaurantes de dichos complejos hoteleros.

Los profesionales coronaron al champagne Billecart-Salmon Nicolas François Brut 2008 como el más destacado de entre las 12 referencias propuestas. Los participantes tuvieron que evaluar el sabor, la calidad y su originalidad, entre otros aspectos, para determinar el triunfador. Además de a la carta, dicho espumoso se incluirá en el novedoso proyecto de guarda que puso en marcha Puente Romano hace dos años y que irá aumentando con nuevas joyas con el paso de los años.

El champán ganador se considera una cuvée que es el fruto obtenido de la mezcla de 'grands crus' procedentes de los municipios de la Montaña de Reims (Pinot Noir) y de la Côte des Blancs (Chardonnay). El vino elegido es muy complejo, profundo, dinámico y mineral. Además, se da la circunstancia de que es de la cosecha de 2008, una de las mejores de toda la historia en la región de Champagne.

En segunda posición, a unas pocas décimas de distancia, ha quedado Taittinger Comtes de Champagne 2012, y en tercera posición Perrier-Jouët Belle Epoque 2014, aunque esas referencias no se incorporarán a la carta, al menos de forma inmediata.

Respecto al ganador, el sumiller de Puente Romano, Alejandro Marcos, explica es elaborado por una casa «no muy conocida pero muy apreciada por los sumilleres». Es -detalla- una bodega del siglo XIX que cuenta con viñedos de muy alta calidad y que fue pionera en aplicar métodos de biodinámica y en realizar doble trasiego a los mostos.

Sobre el vino en sí apunta que se muestra claramente muy joven pese a que era el más viejo de todos los que se probaron. «Tiene notas cítricas, cremosas que recuerdan a un helado de limón muy cremoso; prácticamente sin ninguna nota tostada porque le falta tiempo en botella». En concreto, el Billecart-Salmon tiene mucha acidez, una característica fundamental para que envejezca bien con el tiempo y se pueda incorporar al proyecto de guarda. «No es un champán de aperitivo; es mucho más gastronómico que permite acompañar una comida entera con una gran diversidad de platos», sentencia.

De forma similar, Ángel González, sumiller de Marbella Club, apunta que la añada fue lo que marcó la diferencia. «Las añadas que se pusieron al evento son que están ahora en el mercado, para poder comprar una cantidad grande y ponerlo en nuestras cartas». Estiman comprar entre 90 y 120 botellas en conjunto.