El yogur de leche de cabra payoya que se endulza con un producto con propiedades saludables y bajo índice glucémico
La quesería Crestellina en Casares prepara la primera partida de este producto lácteo con un sirope de algarroba ecológico
Es saludable, sostenible y sobre todo sabroso. En el pueblo de Casares se ha gestado la elaboración de un yogur que es tan suculento al ... paladar como nutritivo y que se elabora con una materia prima tan mediterránea como la leche de cabra payoya y el sirope de algarroba.
En la quesería familiar de Crestellina, que regenta en esta generación Juan Ocaña, saben desde hace muchos años de elaboración de yogures naturales sin azúcar a partir de la leche de cabras payoyas. También han llegado a endulzarlos con confituras y mermeladas de castaña o de higos, pero en este 2024 han decidido seguir rizando el rizo para crear un producto que es tan sano como vinculado está al Mediterráneo.
«Gracias a un amigo que endulzaba sus requesones con sirope de algarrobo conocí este producto y decidimos hacer pruebas con nuestros yogures», explica Juan Ocaña. Los resultados y las degustaciones a clientes habituales han hecho de que esa primera fase inicial se pase a la de apostar por sacar a la venta en próximos días la primera partida de estos originales yogures de leche de cabra con sirope de algarroba.
El objetivo de Crestellina es elaborarlos con un sirope ecológico que se elabora en Mallorca, lo que hará posible que el producto sea totalmente orgánico y se pueda vender como tal, ya que la leche de cabra payoya con la que trabajan ya lo es, al igual que sus quesos. Además, son productos adheridos a Sabor a Málaga.
«Estamos muy contentos con los resultados porque con un poco de sirope de algarroba, que es muy aromático, se consigue un sabor espectacular», asegura el gerente de esta quesería de Casares. Además, consiguen crear una alianza con un producto mediterráneo con tanta rusticidad como la raza caprina payoya. No en vano, las algarrobas forman parte de la dieta que estas cabras consumen habitualmente en el campo. «La algarroba es más propia de aquí que la trufa, por ejemplo», indica Ocaña, quien aprovechó su expositor en la feria H&T, hace unos días, para presentar el producto dentro del espacio común de la marca promocional Sabor a Málaga.
Aunque aún no se ha concretado el precio final del producto, será igual o algo superior al de otros yogures naturales de Crestellina que son ecológicos, es decir, a partir de 3 euros por tarro de cristal monodosis (100 gramos).
El sirope de algarroba es un producto que se usa cada vez más para edulcorar productos por sus propiedades beneficiosas de la salud. Para empezar se trata de una melaza con un bajo índice glucémico y apenas tiene grasas.
No es un producto ni mucho menos novedoso, aunque en España, que es el mayor productor de Europa y uno de los primeros del mundo, sólo se elabora en las Islas Baleares. Mientras tanto, el sirope es muy valorado en la zona oriental del Mediterráneo donde se llega a vender como antitusivo o para paliar la bronquitis, el asma o el dolor de garganta.
Hay que tener en cuenta que la algarroba, muy usado tanto para la industria alimentaria como para la farmacéutica, es rica en minerales (calcio, magnesio, fósforo, hierro, potasio, cobre, manganeso, selenio y zinc), en vitaminas del grupo B y en betacarotenos. Por otra parte, del fruto del algarrobo se extrae también el D-pinitol, fundamental para la prevención de cáncer de mama o próstata.
Además de sus propiedades beneficiosas, hay que tener en cuenta que el algarrobo es un árbol muy resistente a la escasez de agua y que soporta muy bien las altas temperaturas. Hoy en día es parte fundamental del paisaje andaluz, del levante español y de las Islas Baleares.
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