Cierra el restaurante Estragón de Caléndula en Torremolinos
El establecimiento, que acababa de hacer un cambio de carta, se ve obligado a echar la persiana de forma precipitada
Si hace unos días hablábamos del cambio que afrontaba el restaurante Estragón en Torremolinos, ahora tenemos que dar malas noticias: echa la persiana. Sus propietarias, ... Cristina y Lorena Domínguez (al frente del aclamado Caléndula) se han visto obligadas a cerrar el establecimiento de forma precipitada. Como contábamos recientemente en este periódico, decidieron darle un giro ante el «estancamiento» del modelo de negocio.
Así, de una cocina creativa con pequeños bocados o platos para compartir, pero con más desenfado que en la carta de Caléndula, pasaban a una propuesta totalmente diferente: una cocina callejera con las hamburguesas como protagonistas. Apostaban fuerte por ella con ánimo de romper en una localidad en la que apenas está extendido este concepto.
Motivos imprevistos
Sin embargo, motivos familiares imprevistos y una rentabilidad que se hacía cada vez más cuesta arriba han llevado al cierre del establecimiento. A nivel fiscal y empresarial, se aconsejaba el cese definitivo de su actividad con el comienzo de mes. Y así ha sido, lamentándolo mucho sus impulsoras.
«En absoluto lo contemplábamos, hemos invertido muchas horas en pruebas para cambiar la carta y darle una vuelta, pero se nos empezaba a hacer bola todo y el gestor nos ha recomendado que lo mejor era cerrar ya en esta fecha», reconoce rendida la cocinera Cristina Domínguez, recordando que a Estragón siempre le han lastrado las comparaciones con Caléndula. Cuando eran «dos restaurantes diferentes», aunque con el mismo sello en cocina.
Estragón nació hace seis años en la calle Casablanca, a escasos metros de su 'hermano mayor', Caléndula (calle Skal, Pueblo Blanco). Sin embargo, pese a tener sus incondicionales y una equilibrada relación calidad-precio nunca terminó de alcanzar el éxito de aquel. Quizás la ubicación o precisamente el hecho de que no sea fácil encontrar mesa es un atractivo más aparte del precio, el servicio o de su famoso bacalao gratinado y otras tantas aclamadas propuestas dentro y fuera de carta. Quién sabe. De lo que no hay duda es de que va camino de los doce años... y con cuerda para rato. Este es ahora el único objetivo de Cristina y Lorena. En su mente no hay espacio para más proyectos. Al menos de momento.
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