Segunda despedida de Pellicer en apenas dos días

Todo quedó marcado por la roja directa en el minuto 16 (con 0-0) a Mejías, un defensa que hasta ayer no había sido expulsado, pero que ha dado muestras sobradas esta campaña de conducirse con mucho ímpetu. El venezolano estaba apercibido de sanción, y en víspera de medirse al Leganés, un duelo que por contrato no puede disputar, y se podía intuir que viera la amarilla para llegar limpio de tarjetas a la jornada final.

Al final no fue así. En una carrera con Stuani, soltó el brazo y le agredió detalle que pudo advertirle el cuarto árbitro al principal, que no estaba frente a la acción. Moreno Aragón no se lo pensó y mostró el máximo castigo, lo que enfureció a Escassi, amonestado por agarrar del brazo al trencilla y al banquillo local. Así las cosas, Pellicer no tardó en ver la roja directa y se tuvo que ir a la grada. Es su segunda expulsión, tras la sufrida en noviembre en Ponferrada (duodécima jornada) por el mismo motivo, aunque en aquella cita hubo más en el acta, y eso le costó estar dos encuentros sin dirigir al equipo: «Una vez finalizado el partido, entró al terreno de juego hasta la posición del equipo arbitral, protestando de forma insistente, dirigiéndose a nosotros en los siguientes términos: '¿Por qué me expulsas? Espero que no mientas en el acta».

Esta vez Moreno Aragón escribio esto: «Sergio Pellicer fue expulsado por el siguiente motivo: Por decir en voz de grito:'¡El mismo del Logroñés, siempre adulterando los partidos!', sentándose posteriormente en el banquillo y golpeándolo en señal de disconformidad«. El técnico recordaba la expulsión de Rahmani en el minuto 36 en otro duelo en La Rosaleda con este árbitro, en un 0-0 final. Su reincidencia reafirma la posibilidad de un castigo de dos partidos o más.

El Málaga siguió desquiciado con el arbitraje. Joaquín vio la amarilla desde la grada en el minuto 40 por protestar, y también se vio lanzar un balón al campo al reanudarse el juego, y pasada la hora de partido fue amonestado Matos y, por las protestas, el ayudante de Pellicer, Manolo Sánchez, que casi deja el banquillo malaguista sin técnicos.

Pero no se quedó todo ahí. En el descuento Cristian reclamó unas manos de Yan Couto, existentes, pero en posición natual y de un rebote de un potente despeje a no mucha distancia. La posibilidad de optar al empate tras pelear casi toda la cita con diez, encendió al jerezano, pero en realidad la jugada no era punible.

La paradoja de la derrota al final fue doble. El Málaga estuvo más cerca de lo que podía pensarse de puntuar ante el tercero, tras jugar mucho tiempo en inferioridad, y se vio con un saco de tarjetas ante el equipo de Segunda con más expulsiones, el Girona.