Enemigos íntimos

La alegría va por rachas en el mundo del fútbol. Cuando unos son felices, los otros se quedan mustios. No importa que sean vecinos o ... que vivan incluso en la misma casa. Las fronteras están por todas partes. Hay dos clubes que salvo raras excepciones se juegan todos los años la Liga y algún otro título. El Barcelona ha vivido una época de esplendor con los tripletes de Guardiola y Luis Enrique y ahora el equipo de Zidane se ha propuesto tomar el relevo. Mañana será un día crucial. El Real Madrid busca romper ese maleficio que impide que un mismo equipo gane dos años consecutivos la Copa de Europa. Si lo consigue propinará una paliza moral a su mayor adversario y marcará el inicio de un nuevo ciclo. Si por el contrario los blancos, que en esta ocasión vestirán de morado, caen ante la Juve, las espadas se mantendrán en todo lo alto entre el Madrid y el Barcelona hasta que en agosto se dispute la Supercopa de España. Al final de cada temporada se hace borrón y cuenta nueva. Los perdedores poseen una increíble capacidad para olvidar los malos resultados y las vacaciones de verano son un bálsamo que cura las heridas. Los culés dan un margen de confianza al equipo tras conquistar la Copa del Rey y la Supercopa. Unos premios de consuelo que saben a poco.