Loren: «Quiero instaurar un modelo aquí; la gente se enganchará y pensará que es su Málaga»

-¿Qué primera impresión le ha producido el club y la ciudad, y cómo ha sido su aterrizaje?

-Primero, el club es un club grande, con una estructura que seguro que está por encima de la categoría en la que está ahora el Málaga. Eso es bueno, porque a la hora de contactar con gente interesada, se percibe que existe la estructura suficiente para estar preparado cuando se dé un paso para adelante. A nivel de ciudad, ya la conocemos. No la he podido disfrutar mucho, entre el club y casa, pero es una ciudad magnífica, una gran masa social que manejar y que vincular. En cuanto a nuestra idea de lo que queremos hacer, se trata de remodelar el modelo de club que había antes y llevarlo a otro en el que yo creo, basado en la cantera y en que los jugadores de Málaga tengan acceso y puedan percibir el club como un lugar donde crecer.

-¿Pero no le parece que el Málaga tiene más urgencias, ascender a toda costa, antes que una reestructuración profunda?

-Es importante que la máquina que tira de tren vuelva a su sitio cuanto antes, a la categoría que queremos, a la que tiene que estar, pero hay que hacerlo con unas bases viables y estables. Eso (en referencia a ascender a toda costa) se ha intentado hacer en los últimos años y no sólo no le ha dado viabilidad al club, sino que, además, le ha hecho retroceder y encontrarnos en una situación como la de ahora, que obliga a decisiones drásticas y remodelar todo el club. Además, tener situaciones de jugadores jóvenes que han pasado por el primer equipo y ahora están tocados.

-¿Pero no se habla poco de la palabra ascenso? ¿Cuál puede ser entonces el objetivo del club?

-No, el objetivo es generar un estado de trabajo, una filosofía en el club, que nos lleve a la palabra ascenso, pero eso tiene que pasar por el día a día. Plantearte objetivos a largo plazo sin tener definido lo que quieres hacer y cómo lo quieres hacer… Eso es más importante que los objetivos.

-¿Y no cree que eso la afición no lo va a entender?

-Lo va a entender cuando vea lo que se está haciendo en el día a día y lo que se hace en el campo. Somos exigentes, ambiciosos, pero todo pasa por el trabajo en el día a día. Eso es lo que nos va a llevar al objetivo.

-¿Cómo se va a hacer la plantilla? ¿Cuál es la organización a nivel de fichajes?

-Tenemos establecido muy bien, de acuerdo con el míster, cuál es el estilo de equipo, de jugadores y de sistema. En base a eso se están sacando los jugadores. Hay un grupo de jóvenes con los que quiero contar de Málaga y los tenemos que rodear de gente con un poco más de experiencia, pero siempre buscando fútbol. Puede ser que haya algún joven que nos interese y que tenga que venir.

-La pasada campaña se planificó la plantilla en base a una idea de fútbol. ¿Se está haciendo lo mismo? ¿Cuál es esa idea de juego?

-No sé cómo se construyó el equipo el año pasado. Tengo dudas, viendo el funcionamiento del equipo y la presencia de perfiles muy parecidos, con pocas variantes. Nosotros tenemos una idea muy clara de cómo queremos jugar al fútbol, competir en cada partido, y según eso definir las posiciones.

-Estamos a un mes del comienzo de la pretemporada. ¿Cómo espera que estará la plantilla de avanzada cuando llegue ese momento?

-Los tiempos no los marcamos sólo los clubes, sino también los jugadores, representantes... Queremos tener un núcleo lo más sólido, con los jugadores principales. Pero no tengo demasiada prisa. El mercado termina el 31 de agosto y ya sabemos que ahora, cuando vas a los sitios hablando del Málaga, todos comentan de nosotros, pero lleva tiempo luego concretar cantidades en función de lo que nos piden y lo que podemos dar.

-¿Ha notado reticencias de algunos futbolistas para fichar, a la espera de ofertas de Segunda?

-Indudablemente. La categoría es un hándicap, pero me estoy encontrando con situaciones en las que los planteamientos a medio plazo permiten apostar por el Málaga, porque piensan que no vienen para un corto plazo, al poder crecer con el club. Pero quien tiene ofertas de Segunda intenta aprovechar eso para manejar unos parámetros económicos. El proyecto más largo puede compensar esas diferencias económicas. Hay jugadores que se pueden comprometer más de dos años.

-Esa idea de potenciar el club desde la base, que ya se dio en otros proyectos, ¿no cree que le da excesiva responsabilidad a los canteranos?

-Sí. Les damos responsabilidad y exigencia, pero les vamos a acompañar y a cuidar. Mi experiencia como director deportivo me dice que es una fórmula de éxito. Lo tengo claro y lo voy a mantener hasta el final. Claro que les vamos a dar responsabilidad, y estoy seguro de que van a responder. A veces tenemos miedo de dar responsabilidad a jóvenes, pero te puedas llevar sorpresas muy agradables si les proteges.

-La afición está muy molesta con todo lo sucedido. ¿Qué mensaje de esperanza le lanzaría?

-Hablaría de confianza y de exigencia. Que confíen en nosotros y que nos exijan. Es verdad que la temporada es larga. Esta categoría se hace larga si se juegan los 'play-off'. El equipo hay que construirlo e ir creciendo a lo largo de la campaña. Ni un buen comienzo te asegura el éxito en mayo ni un mal inicio quiere decir que vayas a tener problemas al final. Tenemos que ir pensando en la mejora continua para llegar a mayo en la situación que queremos estar.

-Viene de un ciclo muy largo en la Real Sociedad, una década. ¿Cree que en el Málaga, con su situación judicializada y la impaciencia deportiva, va a haber paciencia para trabajar a largo plazo?

-Creo que sí. No vengo para estar dos años. Estuve diez en la Real en una situación complicada, en concurso y tras ir a un tercer año en Segunda, pero tengo un modelo que quiero instaurar aquí sabiendo que ni el perfil de los jugadores, la idiosincrasia de la sociedad, las familias, será lo mismo que en San Sebastián, pero creo en ello. Cuando vea la gente el proceso se va a enganchar y pensará que es su Málaga.

-¿Por qué ha estado cinco años sin trabajar en ningún club tras salir de la Real Sociedad?

-Porque no encontré el sitio donde quería estar yo o donde querían que estuviese. En este tiempo viendo cosas me he dado cuenta de que el fútbol español, las organizaciones deportivas, tienen mucho déficit. Todo parece que gira en torno a un equipo, el presidente, el entrenador, y yo creo que en otra cosa, en que las direcciones deportivas son las que tienen que marcar las pautas de los clubes de fútbol, con una estructura potente detrás del primer equipo, para hacer algo viable y estable. El Málaga, cuando se puso en contacto conmigo, estaba difícil la permanencia en Segunda, y me plantearon si estaba dispuesto a estar también en Primera RFEF. Lo que vi que podía hacer en el Málaga es lo que no me habían transmitido en otro sitio.

-Hay diferencias en el perfil, en la cultura del canterano medio con el que trabajó usted en la Real Sociedad y el que maneja ahora en el Málaga. ¿Puede ser esto un problema en su plan?

-Es verdad. La idiosincrasia es diferente, ni mejor ni peor, somos diferentes, y es bueno. Desde el Norte siempre hemos enviado el talento natural del futbolista del Sur. Durante muchos años nuestra característica era la competitividad, la exigencia o la contundencia, más que la calidad técnica, salvo excepciones. Nos faltaba la iniciativa, el descaro, el fútbol de calle, pero sí teníamos garantizado el espíritu de mejora. Aquí hay talento y desparpajo, pero hay que introducir la cultura del esfuerzo, del trabajo. No vale sólo para ser un excelente jugador con las capacidades talentosas. Hay que autoexigirte mucho más.

-Quiere un Málaga de malagueños, pero históricamente el club los ha tratado mal. Primero se les convence con unas condiciones más asequibles, pero cuando el club ha de hacer el esfuerzo para que continúen, a veces se les trata con desconfianza y salen. Se ha creado un amor-odio…

-Sí, tristemente me he encontrado con situaciones que no esperaba. No todas, pero sí casos de frustración, de negación de promesas planteadas. Queremos y tenemos que cambiar eso. El futuro del Málaga en este modelo pasa por que cualquier niño, si se esfuerza por mejorar y hace las cosas como las tiene que hacer tiene su puesto en el primer equipo del Málaga. Luego ya sabemos que la pirámide te dice cuántos llegan y es complicado. Pero esa puerta tiene que estar abierta y hay que estar cerca de las familias. No hay que mentir nunca, porque eso lleva al desastre y estamos jugando en la formación de los jóvenes. Los padres nos dejan a sus niños para trabajar unas horas con ellos a la espera de que cumplamos premisas. Ellos ya son conscientes de que es difícil llegar, pero no debe haber promesas incumplidas. Hay que involucrar a todos los clubes de la provincia en ese sentimiento. Es fundamental para que este modelo triunfe. Siempre he pensado que mover menores de unas provincias a otras lleva a un problema familiar y para los chavales, por el nivel de frustración que pueden tener. Málaga tiene que conseguir que la gente quiera estar en el Málaga.

-¿Quién le apoya en la planificación deportiva?

-El club tiene información. Si no habría sido un motivo más para el desastre. Comparto el trabajo que tiene hecho el club para ver si vamos en la misma línea o estamos de acuerdo. Está el entrenador, que hay que contar con él en la decisión de fichar jugadores, porque es fundamental, dentro de los parámetros económicos, pero me tengo que apoyar en el club. Tengo mis ideas, mi conocimiento y contactos muy válidos, en los que confío.

-¿Pero va a incorporar a alguien más para ayudarle de una forma más directa?

-De momento hay gente en el club y vamos a ir construyendo poco a poco. Lo que más me interesa es montar primero el primer equipo y, luego, la estructura que haya que generar.

-¿Tiene ya decidido quién va a ser el director de cantera? ¿Seguirá Duda? ¿Tiene ya una idea de la reestructuración en la secretaría técnica tras el ERE?

-En este momento no hay noticias. El ERE me tocó ya en San Sebastián y es un tema delicado, nada banal. Hablamos de personas, de trabajo, y lleva su proceso. Tenía mi información de cómo se trabajaba y he visto estos días y he dado mi opinión, pero incluso así hay parámetros económicos que exigen recortar más. Hay que esperar.

-¿Perjudica el buen ambiente?

-De momento, todos continúan trabajando, y al que he requerido cosas me lo ha hecho, y bien. La gente tiene que estar aquí hasta el último momento.

-¿Le preocupa encontrar líderes en el vestuario?

-Es muy importante. El vestuario y el cuerpo técnico tienen que ser un uno todo y debe haber referentes válidos, correctos, que van en la línea de lo que se quiere construir, que tengan responsabilidad y que sean buenos compañeros, capaces de alabar si se hacen las cosas bien y de llamar la atención a quien se sale del camino. No tienen que tener ni 20 años ni 35 años. Les he dado responsabilidad a jugadores de 19.

-La Real Sociedad, que tomamos como referente, porque es donde trabajó, ha jugado esta campaña con una media de seis o siete canteranos titulares y se ha clasificado para la Champions. ¿Ese es el modelo?

-Por supuesto. Nosotros ascendimos a Primera en la 2009-10 con un grupo de jugadores la mayoría de casa. Cuando llegué a la dirección deportiva había más futbolistas de fuera que canteranos. Rompía un poco con la historia de la Real y quizás por eso se estuvo tres años en Segunda, buscando unos y otros jugadores de fuera. Dimos entrada a Carlos Martínez, Ansotegui, Markel Bergara, Alberto Labella, Agirretxe, Xabi Prieto, Zurutuza… Y con ellos ascendimos. Parte de la prensa y de la afición decían que no eran jugadores para mantenernos en Primera, pero con ese grupo más Vela y la subida de Griezmann, al tercer año se estaba jugando la Champions. Se remodeló el estadio, se vendieron jugadores por 200 milllones, y al mismo tiempo se van generando jugadores por debajo para sustituirlos. El primer proceso es el primer equipo, pero luego hay que ir fomentando el trabajo por debajo. Y eso viene del trabajo del día a día, de ir sacando lo mejor de los jugadores. Ese es mi objetivo, llegar a eso con el Málaga y que, además, sea sostenible, se mantenga así años. Hay que vender por 30 millones, no a cadetes por 300.000 euros.

-Ha venido Dioni, que es malagueño. ¿Van a venir más jugadores locales siguiendo ese premisa?

-No es una premisa. Ha coincidido. Cualquiera habría pensado en Dioni por su recorrido en Primera RFEF. Cuadra todo, porque además es de Málaga. Pero quizás a igualdad de condiciones deportivas o económicas, puede haber un plus por ser malagueño.

-¿Cómo se planifica en Primera RFEF? ¿Se ha de fichar a jugadores de esta categoría o de Segunda?

-Tenemos que estar abiertos a todo. Lo importante es buscar a los mejores jugadores posibles, que encajen en el sistema y el estilo de futbolistas que tenemos perfilado para cada demarcación. Tenemos definido el estilo de laterales, de centrales, de centrocampistas y de delanteros. No voy a fichar nombres, aunque puede coincidir que sean más famosos, sino a los que encajen en las premisas, y la experiencia puede ser un valor añadido. No me importa que sean más desconocidos. Se dice que la Primera RFEF es muy difícil. ¿Y la Segunda? ¿Y la Primera? Tenemos que jugar al fútbol. Competir, pero jugar al fútbol. No hay que ganar con el escudo ni la camiseta, sino por lo que hacemos en el campo. Tenemos que saltar más, correr más, ser más rápidos, jugar mejor…

-El Málaga jugó la pasada campaña con tres centrales y defensa de cinco. ¿En base a qué se está planificando?

-La base es de cuatro atrás y luego el 4-3-3 o el 4-1-4-1. Esa es la idea general. Los sistemas los varían enseguida los movimientos de los jugadores, pero no estamos planteando tres centrales. Pellicer, en su búsqueda del milagro, que no le faltó mucho, intento aprovechar lo máximo el perfil de jugadores que tenía. No quiere decir que tres centrales sea más defensivo, pero queremos ser protagonistas.

-¿Prefiere una estructura Norte-Sur o Este-Oeste de grupos la próxima campaña en Primera RFEF?

-Tenemos que competir con todos. Hay muchos equipos andaluces, y quizás los desplazamientos sean más sencillos con Norte-Sur. Pero no me preocupa en exceso. Los clubes con más historia no sé dónde están. Hay muchos ya en ella sufriendo.

-Cristian tiene una oferta del Zaragoza. ¿Cuál es la postura del club?

-Lo tenemos muy claro. Queremos contar con él. El modelo pasa por eso.

-¿Lateral o extremo?

-Creo que puede ser un lateral izquierdo de mucho nivel, extraordinario, para el fútbol moderno de hoy en día. Odriozola en la Real jugaba arriba y al final entendimos que era mejor jugar desde atrás con más espacio para correr. En año y medio llegó a la selección absoluta y al Real Madrid por 40 millones. Cristian tiene un potencial muy grande, pero quiero que esté aquí. Si se tienen que ir que sea cuando al Málaga le beneficie. No me arregla ahora nada que me den 300.000 euros.

-¿Hay más situaciones como la de Cristian?

-De momento, no. He hablado con los representantes y los jugadores. Les he trasladado a todos que quiero contar con ellos. Y he querido que me cuenten sus experiencias, cómo han vivido el tránsito en el Málaga y su salida para competir fuera. En general, la respuesta ha sido positiva.

-Se ha producido un rechazo general de la afición a los dirigentes de la entidad. ¿Lo advierte?

-Puedo decir que no me está afectando, eso seguro. ¿Que lo he percibido? Tampoco. No he salido a la calle. Estuve en el último partido aquí y creo que no es tanto. En cuanto la gente vea cómo se está construyendo el club, el 90 por ciento de ella se va a involucrar. Si se ha llegado a donde se ha llegado no es por las personas que están. Hay una situación anterior. El administrador judicial es malagueño y malaguista y tanto él como el director general, Kike Pérez, quieren cambiar esto. Ojalá me quede a vivir en Málaga, entre San Sebastián y Málaga, que pueden ser las ciudades más bonitas para vivir.

-¿Hasta qué punto la afición puede decidir echar al entrenador? En un caso así, ¿tomaría esa decisión como director deportivo?

-En mi caso nunca. Si se le echa será en base a su trabajo, si lo que se esperaba que tenía que hacer no lo está haciendo, si el rendimiento a largo plazo no es bueno... En la Real he tenido la paciencia y el aguante con Montagnier, que trajimos porque sabía trabajar muy bien con gente joven. Su primer año fue duro y se metían con él y conmigo, pero al año siguiente se fue a la Champions. Lo que miro es el trabajo dentro. No digo que no me afecte, pero la presión no me hace tomar decisiones.